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Una tarea al día. Nada más

Un post reciente de Tim Ferriss me ha recordado una idea que me quedó colgada hace tiempo (de hecho, he tenido que repasar las entradas del blog porque he llegado a pensar que ya la había escrito). Estaba con mis lecturas sobre productividad (y ahora, pasado el tiempo, no sé bien cuál era el origen), y se hablaba de las «tareas clave». Se suele denominar «tarea clave» a aquella que supone un avance significativo hacia nuestros objetivos, que suponen una diferencia real, en contraposición al resto de tareas con las que llenamos nuestros días y que, entre imposiciones de terceros y nuestra propia falta de rumbo y/o decisión, acaban siendo infinita mayoría.
Si uno lo piensa bien, es absurdo. La realidad es que en una gran mayoría empleamos nuestro tiempo en cosas que no tienen ninguna relevancia, que no nos llevan a ningún sitio. Luego nos quejamos de que no avanzamos, de que no «logramos nuestros objetivos». ¿De quién es la culpa? Sí, vale, «la vida», «la sociedad», y todas sus «obligaciones» (¿lo son, o dejamos que lo sean?) pueden robarnos mucho tiempo. ¿Pero de verdad no somos capaces de dedicar una puta hora de nuestro día a hacer algo siginificativo, una de esas tareas clave que nos hagan de verdad avanzar?
Piénsalo. Piensa en una hora al día. Incluso menos. El tiempo necesario para hacer una tarea clave. No dos, ni tres. Una, nada más. Eso suman 365 tareas clave a lo largo del año. De verdad, trata de imaginarlo. ¿Cómo puede llegar a cambiar tu vida simplemente haciendo una tarea relevante al día? ¿En cuántos ámbitos, y con cuánta profundidad? ¿Dónde te ponen esas 365 cosas que haces en un año? ¿Y en diez?
Pero no es fácil, claro. Para empezar, hay que saber lo que uno quiere. Luego, identificar qué acciones nos van a llevar hasta allí. Y finalmente, hacerlas… que suele ser lo más difícil, lo que nos da más miedo, lo que nos acaba echando para atrás. De ahí que prefiramos «dejarnos aplastar» por el día a día, escondernos en acciones intrascendentes para evitar el vértigo mientras nos lamentamos amargamente de que «no tenemos tiempo», de lo difícil que es nuestra vida y bla, bla, bla. Luego se pasan los años, y nos quejaremos de que no pudimos hacer tantas cosas… pero lo cierto es que no quisimos hacerlas, no nos atrevimos a hacerlas. El compromiso con una determinada decisión se demuestra, precisamente, a través de la acción: si no hubo acción, es que no hubo compromiso real.
Como rescataba de El Ala Oeste hace un tiempo, tenemos por delante 365 días. ¿Tenemos claro qué única tarea significativa vamos a hacer cada uno de ellos? Si la respuesta es NO… ¿a qué esperamos?

6 comentarios en “Una tarea al día. Nada más”

  1. Hay una de esas frases que van circulando de muro en muro de facebook y por twitter que verdaderamente me ha revuelto las tripas: el que quiere realmente hacer algo encuentra la manera, el que no encuentra una excusa.
    Creo que viene al hilo.

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  2. Supongo que lo difícil es alumbrar y discernir qué es lo que se considera tarea clave. Esa que me va a hacer avanzar mucho en la consecución de mi objetivo vital. ¿Tenemos correctamente definido eso? ¿El objetivo vital? Me parece que es clave para luego hacer el armazón de tareas que nos llevarán a él.
    En un entorno, pongamos laboral, de horario de oficina o similar, ¿es esto posible? Hay una cadena de supeditaciones, corporativismo, burocracia o simplemente costumbrismo, que te aboca a avanzar muy lentamente ya no sólo en el hacer esas tareas clave sino en definirlas con un poco de clarividencia y eficacia.
    Has tocado un tema sobre el que me toca reflexionar en serio. Las veces que he intentado escabullirme de la telaraña de tareas mierder sólo ha servido para llamar la atención de la araña y que me envuelva más 😉

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  3. Lo complicado, al menos en mi caso, es hacer la elección de las tareas clave. Podemos conocer el concepto de tarea clave y definirlo muy bien, pero en la práctica a veces una tarea que parecía importante en un inicio termina no siendo tanto, de modo que lo que recomiendo es analizar al final de cada día las actividades realizadas y los resultados obtenidos, para así ir determinando de a poco que tareas son importantes y cuales no, dejando de lado las apariencias.

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  4. en realidad parece que cada uno se miente a sí mismo, o por lo menos eso me pasa,, hago un montón de cosas, pero la tarea principal, la urgente, la que me pisa los talones, termina pospuesta, claro que algunas cosas en las que el tiempo se va son igual importantes para mi -muy-(la música, la novia, la política etc etc) pero la verdadera tarea queda pospuesta, a la puerta, bueno yo recomendaría cargarse un poco de presión externa, una fecha limite, admitir publicamente que tal tarea estará terminada determinada fecha, o algo por el estilo…. muchas gracias por la info a ponerla a práctica, saludos a todos

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  5. Muy buenas.
    Definir procesos, sería una tarea clave dentro de un entorno laboral partiendo de la entrada de este blog de la fractalidad de los procesos, y está entrada de una tarea clave al día.
    Perfecto.
    Pero es que a veces ocurren cosas paradójicas, con cierto efecto rebote.
    Yo modelo procesos de mi empresa para ahorrar tiempo, y hasta dinero a mi organización, en la manera de producir ciertos resultados, hacer tareas repetitivas.
    Pero es que cuando compañeros, incluso jefes ven ese potencial de ahorro, en términos generales, provocas el efecto llamada, y ahora todos te piden que modeles sus procesos, automatices tareas repetitivas, etc… multiplicándose TU trabajo x2, o x3 …. con lo que, algo que en teoría ordenaría tu trabajo, te daría más rapidez, se vuelve contra ti en forma de más trabajo.
    Igual en determinados contextos, en vez de hacer cada día una tarea clave, se debería de hacer solo la tarea de la «avestruz».
    Muy interesante la reflexión de esta entrada.

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