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Historias de profesionales independientes: José Miguel Bolívar

(Esta entrevista pertenece a la serie de «Historias de profesionales independientes«, puedes ver más en este enlace)
José Miguel Bolívar se autodefine como «consultor artesano en efectividad centrada en las personas». Lleva 8 años publicando su blog Óptima Infinito y lo que empezó casi como un hobby acabó siendo el eje de su labor profesional en esta etapa como profesional independiente, donde es uno de los nodos de OPTIMA LAB, una «red productiva que ayuda a personas y organizaciones a ser más efectivas para lograr sus resultados por medio del aprendizaje basado en la experiencia y nuevas metodologías centradas en las personas». Pero además es frecuente leer a José Miguel reflexionando sobre los trabajadores del conocimiento, el futuro del trabajo… un meta-análisis cuyos resultados se aprecian sin duda en sus respuestas.
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José Miguel, gracias por compartir tu experiencia. Cuéntanos un poco tu trayectoria profesional, ¿cómo has evolucionado? ¿cómo llegaste a ser un “profesional independiente”?
Desde muy joven tenía bastante claro que trabajar por cuenta ajena en una empresa, preferiblemente en una gran empresa y además internacional, era una experiencia profesional muy valiosa. Del mismo modo, también desde muy joven, tenía claro que, a partir de cierta edad, seguir trabajando por cuenta ajena deja de aportar para convertirse tanto en una limitación como en un riesgo. Así que desde el primer día de mi carrera profesional por cuenta ajena tenía decidido que en algún momento entre los 40 y los 50 lo dejaría para «montármelo por mi cuenta». Esta claridad fue la que me incitó, por una parte, a intentar moverme todo lo posible entre las diversas áreas de la empresa. Gracias a ello, he aprendido sobre un montón de cosas que me están siendo muy útiles a día de hoy: ventas, marketing, pricing, procesos, compras, finanzas, desarrollo de negocio y de productos, etc. Esa misma claridad también me fue de gran ayuda a la hora de saber reconocer el momento oportuno para «dar el salto». Hace aproximadamente 7 años, cuando yo tenía 43, mi empresa de aquel entonces fue adquirida por otra. Yo trabajaba entonces en RRHH y era mi enésima fusión/adquisición, así que ya sabía de qué iba el tema. Las circunstancias me permitieron organizar mi salida con un amplio margen, aproximadamente de año y medio, lo que facilitó todo enormemente. Mi idea inicial era dedicarme a hacer consultoría innovadora en RRHH, ya que trabajar en el sector biotecnológico me había permitido estar a la última en estos temas, pero sin embargo comencé a recibir peticiones relacionadas con la efectividad personal y organizativa, algo que hasta entonces era más un hobby que otra cosa y que finalmente se ha convertido en una profesión.

A partir de cierta edad, seguir trabajando por cuenta ajena deja de aportar para convertirse tanto en una limitación como en un riesgo

¿Qué es lo que más valoras de ser un “profesional independiente”?
Inicialmente no podía creerme que fuera verdad haberme librado de horas y horas de reuniones inútiles cada semana. Era demasiado bonito para ser verdad. Me sobraba tiempo para todo 🙂 Ahora, lo que más valoro es que mi trabajo tiene sentido, ya que afortunadamente puedo permitirme decir no a los proyectos que no me aportan nada. Disfruto enormemente con lo que hago y mis colegas de trabajo son, ante todo, amigos, con los que aprendo y me divierto. Mis clientes valoran mi trabajo y yo me siento útil trabajando con ellos. Es más, con algunos tengo incluso una excelente relación personal. En fin, no quiero que suene idílico pero lo cierto es que cambiaría muy pocas cosas, por no decir nada, de mi trabajo actual como consultor artesano.
¿Cuáles son las mayores dificultades a las que te encuentras?
Las dificultades son sobre todo las derivadas de compaginar las enormes diferencias entre realidades aparentemente muy parecidas. Por ejemplo, la mayoría de mis clientes son modélicos o casi modélicos. Con modélicos quiero decir que son clientes que saben en qué mundo viven, qué necesitan y también cómo puedo ayudarles con sus necesidades. Por si fuera poco, leen lo que les envías (y lo entienden!), escuchan lo que les dices, confían en tus recomendaciones como experto y te suelen hacer caso. Esto suele coincidir bastante además con que sus procesos internos son eficientes y pagan en plazo. El resultado de todo lo anterior correlaciona generalmente con que las cosas suelen salir perfecto, es decir, ellos están encantados y yo también. Más del 80% de mi actividad es con clientes recurrentes. También tengo algún cliente, afortunadamente pocos, que aún no se ha enterado de en qué mundo vive, ni de qué necesita, ni lee ni escucha lo que le dices (o al menos no se entera o simplemente te ignora). Poco sorprendentemente, sus procesos siguen siendo del siglo pasado y encima pagan tarde o con errores. Y, para colmo, te tratan con condescendencia. Mi principal dificultad es seguir siendo 100% profesional mientras trabajo con ellos y seguir haciéndolo, porque el cuerpo me pide otra cosa (estoy seguro de que sabes cuál). Y luego está el tema de la Administración, claro. Vivir y trabajar en «Españistán» es lo que tiene. Para qué vamos a hacer algo que sirva para algo y que funcione cuando se puede hacer algo inútil y que no funciona. Ser un autónomo o un micro-empresario en este país es un calvario en todos sus aspectos y eso que yo me libro de mucho porque tengo externalizado todo lo externalizable.
¿Qué habilidades crees que son fundamentales en esta situación?
Creo que un «profesional independiente» tiene que ser un «perfil en T», es decir, un especialista consumado en su área de expertise, a la vez que un generalista suficientemente competente en múltiples aspectos. Aquí no vale lo de saber mucho de lo tuyo y ya. Aquí, para poder salir adelante es necesario tener un conocimiento suficientemente bueno de otras muchas cosas básicas, como marketing, ventas, tecnología, finanzas, etc. De lo contrario, te va a tocar pagar por esas carencias, bien literalmente , porque vas a tener que adquirirlas, bien figuradamente, porque tu proyecto fracasará antes o después. Creo que también es muy importante saber integrar los detalles con la visión general y, de forma análoga, el corto plazo con el medio y el largo plazo. Es como intentar mantener dos docenas de pelotitas moviéndose en el aire a la vez sin que se caiga ninguna al suelo…

Un «profesional independiente» tiene que ser un «perfil en T», es decir, un especialista consumado en su área de expertise, a la vez que un generalista suficientemente competente en múltiples aspectos

¿Qué herramientas utilizas para facilitarte el trabajo?
La mejor herramienta son los hábitos (perdona, pero tenía que decirlo). Bromas aparte, mi sistema de organización personal está basado en una herramienta de mapas mentales llamada MindManager. Para el correo electrónico uso GMail y también uso bastante Office 365. En el trabajo con mi red, usamos slack en lugar de email, y también usamos el ecosistema Google (Drive, hangouts, etc.). Otras herramientas que usamos bastante son Trello y DokuWiki y, más ocasionalmente, Coggle, para mapas mentales colaborativos. Yo uso Windows y Android, aunque la mayoría de mis colegas de red son más de Mac.
Recientemente has cumplido 8 años de blog, a lo que se añade la publicación de tu libro, el mantenimiento del perfil en twitter… mucho esfuerzo centrado en compartir e interactuar. ¿Qué te aportan todos estos esfuerzos? ¿Consideras que, como profesional independiente, son herramientas valiosas y extrapolables para otros en esta situación?
Como consultor artesano, una de mis prácticas es evitar el acercamiento invasivo a los clientes. Esto significa, entre otras cosas, que no realizo actividad de venta activa alguna, ni «spameo» a mis seguidores con publicidad ni tengo el blog lleno de banners o molestas ventanas emergentes. ¿Cómo llegar entonces a los clientes potenciales? Como decía antes, el 80% de nuestros clientes son recurrentes. El 20% restante es en su mayoría por referencias de clientes ya existentes y una pequeña parte por nuestra presencia en redes sociales. Como artesano, estoy comprometido con el open source, con compartir conocimiento de forma abierta. Esto es algo en lo que siempre he creído y, de hecho, mi actividad en el blog o en twitter tiene su origen cuando yo aún trabajaba en una empresa. Es más, tanto mi blog como mi libro están publicados bajo licencia Creative Commons. Por tanto, para mí, toda esta actividad en el blog, las redes sociales o el propio libro, lejos de suponer un esfuerzo, es solo un reflejo de ese compromiso con compartir lo que sé. Compartir, además, me ayuda a pensar y a aprender. En cuanto a tu pregunta concreta sobre herramientas, creo que desde el punto de vista comercial lo importante es que se sepa lo que sabes, lo que haces y con quien trabajas (colaboradores y clientes). En ese sentido, el medio me parece secundario. En mi caso, el blog sirve más para confirmar intenciones de venta que para generarlas y también sirve para dar a conocer lo que hacemos.

Compartir me ayuda a pensar y a aprender

¿Qué reacciones sueles encontrar a tu alrededor (entorno familiar, amigos, conocidos, etc.) cuando conocen tu forma de trabajar?
Siempre he sido considerado un bicho raro en mi entorno familiar, así que en ese aspecto casi nada ha cambiado. Soy un introvertido que se pasa la vida hablando en público, así que siempre que tengo ocasión intento quedarme en mis círculos de confianza. Esto minimiza mucho la necesidad de dar explicaciones o aguantar críticas. La gente con la que comparto mi tiempo no facturable es mi familia y mis colegas, que son también mis amigos. Y ellos son tan raros y frikis como yo… o más. En mi casa mis hijas me felicitan el 4 de mayo, no te digo más ;-P
¿Qué reacciones sueles encontrar en el ámbito profesional (posibles clientes, etc.) cuando conocen tu forma de trabajar?
A la mayoría les llama mucho la atención (positivamente). Creo que alguno incluso se plantea hacer algo así en algún momento futuro. Nosotros tenemos a nuestro favor algo tremendamente poderoso y es que vivimos lo que decimos. Me refiero a que no hablamos de efectividad o de trabajo en red sino que trabajamos en red y estamos sanamente obsesionados por aprender constantemente sobre cómo mejorar la efectividad porque, en definitiva, es lo que te ayuda a vivir mejor y más feliz. Creo que este grado de coherencia y convicción es contagioso y resulta tremendamente atractivo. A muchos clientes les llama enormemente que trabajemos en red, que desarrollemos nuestros servicios de forma colaborativa o que compartamos lo que sabemos en nuestros blogs.
Has hablado de «trabajar en red». Quizás uno de los handicaps del profesional independiente sea esa cierta sensación de «soledad» y de falta de referencias inmediatas. ¿Cómo afrontas esa generación, mantenimiento y enriquecimiento de la red? ¿Cuáles crees que son las claves para que esa red funcione, qué cosas hay que hacer y cuáles hay que evitar? ¿Qué has aprendido de tu experiencia con Optima LAB?
Estoy convencido de que el trabajo en red será una de las formas habituales de trabajar en un futuro próximo. Yo llevo haciéndolo casi tres años y mi experiencia hasta ahora es enormemente positiva. Al poco de comenzar aventura en solitario me di cuenta de que solo no iba a llegar muy lejos, así que decidí explorar esta idea de red. Después de algún fracaso inicial con otras redes, OPTIMA LAB es una realidad de la que estoy muy satisfecho. Creo que la red como estrucutra organizativa ofrece muchas de las grandes ventajas de trabajar en una organización jerárquica pero también elimina muchos de sus problemas. Eso sí, también surgen otros nuevos. Una de las características de las redes productivas es que nacen del solapamiento fertil de intereses, es decir, que la gente que está en una red es porque comparte un interés común, más allá de ganar un sueldo a fin de mes, se entiende. Esto simplifica enormemente la relación, ya que no hace falta una misión o una visión colgadas en la pared para contar de verdad con un propósito compartido que impulse a la acción. Otra característica clave de la red es su dimensión humana, es decir, que la contención del tamaño importa, ya que permite un tipo de relación personal mucho más cercana. Esto es clave porque una red productiva es, ante todo, una red de confianza. El principal problema de las redes productivas es que la gente ha sido educada para trabajar en un entorno jerárquico y a hacerlo, además, como especialistas. Esto exigen un cambio inicial de mentalidad que cuesta bastante. En una red, todos los nodos deben ser proactivos, velar activamente por sus intereses y defender sus perspectivas. Nadie les va a decir lo que tienen que hacer ni se va a preocupar por ellos. Son entornos de trabajo adultos sin lugar para paternalismos. Por otra parte, es necesario ser autosuficiente en muchos aspectos, lo que implica ser mínimamente competente en muchas disciplinas, ya que, si no, en lugar de contribuir a la red te conviertes en una carga para ella y acabarás siendo excluído. Aprender a trabajar en red exige, en primer lugar, aprender a trabajar independientemente de forma efectiva. La gente está acostumbrada a que le digan lo que tiene que hacer y a ejecutar las órdenes sin pensar en ellas. Eso en una red no tiene ningún sentido. Por otra parte, la comunicación directa es clave. La mala comunicación es ineficiente y perjudica las relaciones personales. Hay que acostumbrarse a dar y a recibir feedback, aunque no guste. El ego sufre mucho al empezar a trabajar en red 😀 Otro elemento clave son los procesos de toma de decisiones. Nosotros aquí hemos avanzado también mucho gracias al trabajo de Paz Garde, sobre todo dejando al lado el consenso y trabajando en modelos basados en consentimiento. También llevamos tiempo explorando la distribución de roles, usando el modelo de Belbin, y los resultados son más que interesantes. La verdad es que las experiencias acumuladas hasta ahora en OPTIMA LAB son muchísimas y darían ellas solas para otro par de entrevistas 🙂

Una red productiva es, ante todo, una red de confianza

¿Cómo crees que evolucionará el mundo del trabajo? ¿Qué rol crees que jugarán los profesionales independientes en él?
El mundo del trabajo va a pegar un vuelco en las próximas décadas que va a ser brutal. Los robots van a llegar a casi todas partes y lo van a hacer muy rápido. Casi todo el trabajo manual va a ser sustituido por máquinas. Es lógica capitalista pura aplicada. Como sociólogo, lo que veo me fascina (¡Ojo! No digo que me guste). Lo de «ganarás el pan con el sudor de tu frente» es algo que va a pasar a la historia. Es solo cuestión de tiempo. Y eso nos plantea un montón de preguntas nada fáciles de contestar: ¿Cómo se va a distribuir la riqueza? ¿Qué va a pasar con el dinero? ¿Qué va a sustituir al trabajo como elemento que da sentido a nuestras vidas? Y decenas de ellas más. Evidentemente, todo esto es un proceso y llevará su tiempo. Los profesionales independientes son los que más tarde se van a ver afectados por los cambios, más tarde cuanto menos «robotizable» sea su trabajo. El principal activo va a ser el conocimiento difuso, tácito, lo relacionado con el sentido crítico, la resolución de problemas complejos, la creatividad radical. Los profesionales independientes que trabajen en esos campos vivirán un momento de gran auge en los próximos años y creo que, en un momento dado, jugarán un papel clave en la evolución del trabajo en sí.

El principal activo en el futuro va a ser el conocimiento difuso, tácito, lo relacionado con el sentido crítico, la resolución de problemas complejos, la creatividad radical

3 comentarios en “Historias de profesionales independientes: José Miguel Bolívar”

  1. No puedo estar más de acuerdo con José Miguel: «El principal activo va a ser el conocimiento difuso, tácito, lo relacionado con el sentido crítico, la resolución de problemas complejos, la creatividad radical», y solo encuentro una duda, y es qué hacen los mayores de 50 cuando toda la sociedad gira entorno a la juventud y no a la madurez… Todavía les/nos quedan 25 años de aportaciones profesionales efectivas, pero cada vez lo ponen más complicado esas empresas cliente a los que ofrecer/vender nuestros servicios profesionales. En fin, a ver otra vez EL BECARIO (THE INTERN)» y a seguir luchando

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