Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


Cuidar tu marca, todos los días

El otro día me invitó un antiguo jefe a dar una charla en un máster en el que él daba clase para contar algunas de las experiencias que habíamos compartido. El perfil, jóvenes post-licenciados (¿se siguen llamando licenciados?). Bueno, gente joven con poca o ninguna experiencia laboral, vamos. El caso es que empezamos la charla contando cómo nos habíamos conocido, cómo habíamos empezado a colaborar; él tenía una necesidad, preguntó en su círculo cercano, y alguien que había trabajado previamente conmigo pensó que podía encajar. Y así fue.
Me pareció interesante, viendo el perfil de la audiencia, enfatizar esta circunstancia. «Pensad», les dije, «que por mucha licenciatura y mucho máster que tengáis, vuestro curriculum es básicamente indistinguible de otros muchos miles. En un proceso de selección es muy difícil, por no decir imposible, que destaquéis. En vuestra carrera profesional las oportunidades van a venir por otro sitio: la gente a la que vayáis conociendo, y la impresión que tengan de vosotros. Y esa impresión se forja cada día, con vuestra actitud, vuestro trabajo, vuestra forma de actuar. Así que no os descuidéis, porque nunca sabes dónde y cuándo alguien puede estar en situación de hablar bien (o mal) de vosotros, ni qué puertas se os van a abrir o a cerrar en consecuencia».
Mi anfitrión cogió entonces el testigo y apostilló: «mirad, del tiempo que os he tenido aquí, tengo clarísimo que hay algunas personas con las que no trabajaría nunca; otras con las que creo que me entendería bien; y de muchas otras ni me voy a acordar pasados unos días». Fue un mensaje contundente, diría que hasta duro. A alguno creo que le resultó incómodo oirlo. Pero…
Va a hacer 15 años que empecé en el mundo profesional. Esto es algo que a estas alturas tengo clarísimo, que he visto con mis propios ojos, que he experimentado en mis propias carnes. El mundo se mueve así. El trabajo que haces cada día, cada interacción con alguien, es una oportunidad para incrementar (o disminuir) la consideración que te tengan. Y cuanta más gente haya pensando que merece la pena trabajar contigo, más oportunidades vas a tener. Cada vez que te muestras profesional, competente, resolutivo, respetuoso, buen compañero… estás incrementando las probabilidades de que te pasen cosas buenas. No, lamentablemente no hay una correlación perfecta, y siempre podremos encontrar a alguien fantástico a quien no le salieron bien las cosas, o a aunténticos imbéciles que consiguen progresar. Pero esos ejemplos no deben desanimarnos, ni hacernos pensar que no hay relación. Es de cajón, piensa en ti mismo… si te dieran la oportunidad de formar tu equipo, de elegir con quién quieres trabajar… ¿a quién elegirías?

1 comentario en “Cuidar tu marca, todos los días”

  1. Me has recordado a una frase que dice un amigo: «Dentro de diez años, serás básicamente el mismo que hoy, salvo por los libros que hayas leído y las personas que hayas conocido». Resume bien esa idea que planteas: «cuanta más gente haya pensando que merece la pena trabajar contigo, más oportunidades vas a tener».
    Y cuánto más diversas sean esas personas, mejor. Cuesta entenderlo, pero la endogamia es algo a evitar. Es como ir a Londres y hablar sólo con hispanohablantes. Estás perdiendo muchas oportunidades.

    Responder

Deja un comentario