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Esfuerzo gana a talento

Tenía pendiente de leer este post, «El efecto del esfuerzo«. Y leyéndolo, no he podido por menos que pensar en mi propia experiencia…
Viene a decir el artículo que «la gente tiene dos tipos de mentalidad: de crecimiento o fija. Las personas con mentalidad de crecimiento ven la vida como una serie de retos y oportunidades para mejorar. Las personas con una mentalidad fija creen que ellos ya están asentados de forma permanente como buenos o malos. El problema es que los buenos creen que no tienen que trabajar mucho porque ya son buenos, y los malos creen que el trabajar mucho no les va a cambiar nada puesto que son malos de forma fija.»
Yo siempre navegué con el viento a favor. Mi vida académica fue extremadamente cómoda. No digo que no trabajase (que algo sí), pero simplemente se me daba bien sin esfuerzo. Así fue siempre, y yo lo que pensaba al ver a otros compañeros que tenían dificultades (algunos en la educación primaria, otros en la secundaria, luego en la universidad…) era «qué bien, qué suerte tengo». Cuando empecé a trabajar, las cosas también me fueron bien. Imagino que algo haría yo para lograrlo, pero en ningún caso tengo la sensación que fuese una cuestión de «esfuerzo». ¿Idiomas? Bien de forma natural. ¿Manejo de ordenadores? Sin problema. ¿Hablar en público? Venga. En otros ámbitos de la vida tampoco pasé nunca dificultades. No es que en mi casa fuéramos ricachones, pero nunca faltó de nada. Tampoco me he enfrentado a graves problemas físicos que hayan requerido de mí una tenacidad a prueba de bombas.
Curiosamente el resultado no es tan positivo como podría parecer. Mi mujer me lo dice a veces: «como hay tantas cosas que se te dan/han dado bien sin esforzarte, en cuanto encuentras algo que te supone algo de esfuerzo… pasas». Es una afirmación un tanto difícil de digerir, pero me temo que tiene gran parte de razón. Nunca tuve habilidad para el deporte… y nunca me preocupé por desarrollarla. Algo parecido con las manualidades… como no se me daban bien, hacía lo justo para «cubrir el expediente» y a otra cosa. Nunca tomé ninguna de esas cosas que «no se me dan bien» y me propuse dominarlas aunque fuese a base de esfuerzo y dedicación a falta de «talento natural». ¿Para qué, si ya se me dan bien otras sin necesidad de currármelo? Zona de confort de grado superior.
Hace tiempo citaba a Drucker cuando decía que es mucho más rentable dedicar nuestros esfuerzos a perfeccionar aquello en la que yo somos buenos que a ser mediocres en aquello en lo que somos torpes. Un tema sobre el que Chema hacía alguna puntualización hace unas semanas. Y que a la vista de lo expuesto, admite una vuelta más: ¿y si esforzarse en mejorar algo que no se nos da bien de forma natural fuese importante, no tanto por los resultados concretos que vayamos a conseguir, sino por el hecho de forjar el hábito, de acostumbrarse a vencer a base de esfuerzo lo que no se puede vencer a base de condiciones naturales? Porque, por muy «talentosos» que seamos, en la vida nos vamos a encontrar muchas situaciones para las que no estamos naturalmente dotados. Y si no tenemos desarrollada la costumbre del esfuerzo… ¿qué hacemos? ¿Retirarnos? ¿»Pasar»? ¿Y si no podemos? Por supuesto, todo es mejor cuando «se te da bien»; pero si resulta que no, mejor tener preparado un «Plan B».
El «talento» te hace la vida más fácil, pero tiene un reverso tenebroso; te acomoda.

13 comentarios en “Esfuerzo gana a talento”

  1. Creo que has tocado un punto muy interesante.
    El hecho de hacer algo sobre lo que a priori no estamos dotados, supone un doble reto. Primero el esfuerzo brutal al que no estamos acostumbrados que puede requerir la tarea y segundo un cambio de mentalidad importante.
    En mi caso mi mujer me define de una forma parecida a lo que los budistas llaman «mente de mono», caracterizada por buscar siempre nuevas ideas, proyectos o retos, cuando aún tengo otros encima de la mesa. Esto, aparte de desviar mi foco, produce un posible abandono en el caso de no obtener los efectos deseados a corto o medio plazo. (me acabas dar otra idea para un post XD)
    No obstante, soy fiel defensor de cultivar debilidades como forma de crecimiento personal

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  2. «como hay tantas cosas que se te dan/han dado bien sin esforzarte, en cuanto encuentras algo que te supone algo de esfuerzo… pasas» Me expongo al chiste fácil, pero ¿seguro que no era mi mujer quien decía esto? 😀
    Puede que ya lo conozcáis, pero si no merece la pena su lectura: http://online.wsj.com/article/SB10001424052748704111504576059713528698754.html
    Resumiendo mucho, muchas veces forzar y obligar a los demás a hacer cosas que en principo no quieren o no saben hacer, termina por hacerles y hacernos mejores personas. Y como dices, lo importante no es tanto el resultado, sino el proceso.
    Todos tenemos nuestros Waterloos, pero hay batallas que tenemos que librar aunque sepamos que las vamos a perder si o si.

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  3. Excelente esta visión sobre la vida de los profesionales y de los seres humanos como talento!!
    Es una lectura obligada para los «recruiters» o «headhunters», para que expandan su horizonte técnico al momento de seleccionar o descartar a los posibles candidatos a un puesto de trabajo.

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  4. Sr. Consultor anonimo: Sobre la cuestion de Juan Palomo le dire que tal señor si existio, era uno de los integrantes de la banda «Los siete niños de Ecija» y uno de los dos que se libraron del garrote vil. El siempre decia la famosa frase que le ha hecho celebre, y era su forma de expresar que estaba dispuesto a asumir las consecuencias de sus actos. Muchas gracias.

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  5. El talento es fundamental para el éxito pero con esfuerzo podemos llegar igual de lejos o más. Y si tenemos los dos pues entonces nada nos detendrá en nuestros empeños.

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