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La paradoja de la elección: cuantas más opciones, peor

Sigo revisando videos de las TedTalks (he descubierto que la combinación bici estática + smartphone es perfecta para ellas!). En esta ocasión es Barry Schwartz quien habla sobre la denominada «paradoja de la elección». Cómo, frente al «dogma oficial» de que la libertad es un bien supremo, y que por lo tanto cuantas más opciones tengamos para elegir mejor para nosotros individualmente, y para todos como colectivo, en realidad el exceso de opciones tiene un componente negativo. Una suerte de curva de Laffer aplicada a las posibilidades de elección; tener demasiado pocas es malo, pero hay un punto donde tener demasiadas también resulta contraproducente.
Schwartz plantea varios motivos para esa teoría. Por un lado, el exceso de opciones nos lleva a la parálisis y la inacción (algo relacionado contaba hace poco respecto a la elección de mi nuevo móvil). Pero además, cuando elegimos tendemos a la insatisfacción: hay más motivos para preguntarnos si habremos escogido la alternativa correcta (mientras que, cuando hay pocas opciones, es más fácil sentir que «has acertado» por comparación), nuestras expectativas son muy altas por lo que es más fácil decepcionarnos (al fin y al cabo, con tantas alternativas… el resultado tiene que ser «perfecto») y, en última instancia, asumimos la responsabilidad por no haber elegido bien (frente a un escenario de pocas alternativas, donde «la culpa es de las pocas alternativas»).
En fin, una teoría que puede resultar contraintuitiva, pero que si nos paramos a pensar en nuestra propia experiencia seguro que encontramos más de una y más de dos situaciones que la confirman. ¿Recuerdas la última vez que has tenido que elegir algo? ¿Quizás un coche? ¿Sitios para ir de vacaciones? ¿Qué trabajo elegir? ¿Qué ordenador comprar? ¿A qué colegio llevar a los niños?
Por lo tanto… ¿podemos hacer algo para, cuando tengamos que ofrecer alternativas a alguien (en el plano profesional, o en el plano personal) facilitarles la vida? ¿Podemos evitar caer en esa paradoja autolimitándonos el número de opciones, obviando «detalles» para centrarnos en lo esencial de las alternativas?

7 comentarios en “La paradoja de la elección: cuantas más opciones, peor”

  1. Totalmente de acuerdo en que, a mayor número de opciones, en muchas ocasiones es peor. Un ejemplo muy sencillo: cuando vas con el coche a un sitio y encuentras que hay un montón de plazas libres te cuesta un montón elegir dónde dejarlo. Al lado del contenedor no. Aquí no que luego le da el sol. Debajo del árbol no que hay pájaros y lo ensucian. Y acabas aparcando mal y comiéndote la cabeza pensando «mira, este sitio sería mejor».
    Lo contrario es llegar, que no haya donde aparcar y que después de dar dos vueltas, salga uno y aparques ahí, al lado del contenedor, al sol, debajo del árbol y tan feliz.
    O que en la tele pongan en dos canales distintos a la vez, dos películas interesantes y una serie en otro canal.
    O más en serio, que te ofrezcan dos trabajos distintos a la vez (en los tiempos que corren esto sería impensable, pero hace tiempo a mí me ocurrió y te vuelves loco).
    Decididamente… yo prefiero pocas opciones.

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