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Salamanca, desde el río

Salamanca. Mi caaaasaaaaa. Aunque ya hace un buen pico de años que no vivo allí (desde los 18 en los que me fui a estudiar a Bilbao), allí sigue mi familia y muchos de mis amigos. Y allí vamos regularmente, claro.
Esta situación de estar lejos pero a la vez estar cerca me genera una extraña sensación, ya que sintiéndola mía la veo a la vez con los ojos de un turista. Lo cual, creo, me deja lo mejor de los dos mundos: ni estoy tan acostumbrado a ella como para «darla por hecha», ni la veo con la superficialidad que puede verla un turista ocasional.
Pues claro que presumo, ¿no os parece buen motivo para presumir? Podéis ver más fotos de Salamanca en mi flickr.

9 comentarios en “Salamanca, desde el río”

  1. Qué bonito, Raúl. Y cómo emociona, cuando estás fuera, ver esa silueta cuando entras en la ciudad…Una amiga que vivió fuera un tiempo me lo dijo «Yo lloraba», y años más tardes me tocaron las lágrimas a mí. No se sabe lo que tira la tierra hasta que no te vas lejos.

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  2. Pues si, si que es para presumir. Soy de Bilbao, y siempre había pensado en toda esta parte de la peninsula como algo triste, excesivamente ocre, en comparacion con el verde que inunda todo el norte, con ciudades-pueblo sin vida, apagadas.
    Hace dos años que por motivos laborales vivo en Madrid, y aprovecho algunos fines de semana para hacer visitas como salamanca, segovia, cuenca y todo lo que me queda relativamente cerca, así que aprovecho tu post para clamar que de tristeza, nada, que el ocre tiene miles de matices, que pequeñas ciudades como salamanca están llenas de vida y que toda esta zona es preciosa. Y, para ser honesto, tambien debo decir que aún así, sigo prefiriendo el verde de norte, pesa mucho la tierra, la morriña y las imagenes que se nos quedan grabadas desde la infancia… y el romanico!!! adoro los castillos que se pueden disfrutar por estas tierras, pero echo de menos el romanico que puebla todo el norte. (Lo del mar, mejor lo dejamos)
    En fin, un saludo, consultor.

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  3. Isabel, la verdad es que sí. Uno se hace a la idea de la congoja que debían pasar los emigrantes «de antes», los que no volvían más que de higos a brevas (si volvían), los que no tenían los medios que tenemos ahora para mantener las relaciones… aunque yo no asocio la Catedral con esa sensación: será porque mis idas y venidas fueron, durante muchos años, por la ruta del norte (Bilbao). Sin embargo la estación de tren sí que me ha provocado algún nudo en la garganta alguna vez…
    Jon, yo también aprecio mucho los paisajes del norte, menos «aburridos» (porque sí, las amplias llanuras son un poco aburridas, qué le vamos a hacer). Pero es verdad que vaya uno donde vaya puede encontrar belleza, es cuestión de mirar con los ojos adecuados.
    Agustín, Salamanca es sin duda muy bonita. Pero lo que hace especiales a los sitios son las experiencias que uno vive en ellas… eso es lo que les da magia.

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  4. Hombre, es que estás hablando de Salamanca. Una de las ciudades más bonitas que conozco. Con sus catedrales, sus puentes, sus plazas y soportales, cualquier edificio con su piedra arenisca característica. Esos tapeos por Van Dyck…
    Una maravilla

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  5. Aupa Raúl,
    A mí también me encanta Salamanca y la conozco bien. Mi familia viene del Valverde del Fresno (Sierra de Gata – Cáceres) y, ciertamente, con las decenas de veces que he tenido que atravesar tu ciudad, estaría bueno que no la conociera…
    Estos días me han venido demasiados recuerdos a la cabeza y he estado de mala leche. Por eso he repasado lo que escribí el día que mataron a Isaías y he podido releer tu post d ánimo y por eso me he animado a visitarte.
    Ciertamente lo de Isaías supuso una vuelta al pasado básicamente en lo emocional, porque creo que ese mundo está bien jodido y en las últimas y la situación de Euskadi es mucho mejor que hace 10 o 15 años. Lo que de verdad supondrá una vuelta al pasado es la posición que el PNV está manteniendo estos días en torno a la moción de censura en Mondragón. Espero que de verdad rectifiquen.
    Un abrazo y siento «contaminar» tu blog con comentarios que nada tienen que ver con lo que planteas en tus posts. Agur

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  6. A mi la verdad es que también me trae grandes recuerdos. No se puede evitar. Me entró una enorme pena el día que había pasado más tiempo fuera de la ciudad donde nací que en ella. Sigo yendo un par de veces al año (no tengo tanta suerte como tú, Raúl de estar tan cerca), pero la verdad es que con críos y demás empieza a no ser lo mismo.
    Lo que si que es cierto es que mis AMIGOS están allí. Nos vemos poco, nos escribimos poco, pero mis AMIGOS son salmantinos y casi todos ellos escolapios (por cierto la próxima vez hazle una foto a la iglesia del cole, que también se la merece).
    Saludos

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