Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


80 horas a la semana

Es el recuerdo que tengo de una presentación de empresas en mi universidad. Allá por quinto de carrera, se acercaban a la facultad, coordinados por la Asociación de Licenciados, una serie de empresas a presentarse como empleadores y a recoger curricula. Un claro ejemplo de «win-win»: la universidad da apariencia de «sitio molón con capacidad de atraer empresas buenas y con interés en colocar a sus alumnos»; los alumnos pueden conocer de primera mano algunas empresas interesantes y tener un «atajo» en el proceso de selección; y las empresas pueden pescar candidatos en un «caladero» a priori interesante para ellos.
Si no recuerdo mal, la empresa era Goldman Sachs. Empezaron con una presentación a la que llamaban «Eyes wide open». Y luego, un empleado y a la vez antiguo alumno contaba su experiencia en la empresa. «Es un trabajo apasionante, muy bien pagado, pero tendréis que trabajar muy duro», decía, «las jornadas pueden ser de 80-90 horas a la semana».
80-90 horas a la semana. Yo hice mis cálculos. Eso vienen a ser unas 14 horas al día, trabajando de lunes a sábado. Y 14 horas al día supone entrar a las 9 y salir a las 23. Súmale desplazamientos. Apenas da para dormir unas 6-7 horas. De ocio o vida social, por supuesto… ni hablamos.
Por supuesto, dí mi curriculum a esta empresa, y a otras del mismo pelo que se presentaron allí. Banca de inversión, grandes consultoras estratégicas. A pesar de todo, trabajar en ellas era el summum del prestigio; sólo cogían a los mejores, y a mí, qué demonios, siempre me ha gustado saberme de los mejores. Lo cierto es que en todas me rechazaron, pese a tener un expediente más que notable (mejor que algunas de las personas que sí que cogieron). En su momento lo viví con una cierta frustración; «¿esto quiere decir que no soy de los mejores?». Pero con el tiempo me dí cuenta de que había sido lo mejor que me podía haber pasado. Cuando algunos amigos que sí que fueron seleccionados me contaban su experiencia allí, no me daban envidia. Sí, su trabajo era muy interesante. Sí, se movían a niveles organizativos altísimos. Por supuesto, la pasta que ganaban era indecorosa. Pero su vida era todo trabajo, excepto por breves lapsos de tiempo en los que relacionarse a toda velocidad con otros como ellos.
Y para ser honestos, eso de «entréganos tu vida y te haremos de oro» no va conmigo. Supongo que, de alguna manera, es algo que detectaron en los procesos de selección. Yo no era un buen candidato, porque no hubiera soportado el intercambio. Podría haber ido allí, intentar hacer ese trabajo… pero me hubiera rendido enseguida.
Por supuesto, en mi experiencia laboral he trabajado lo suyo. En ocasiones puntuales, las jornadas se han alargado bastante. Pero siempre ha estado dentro de los límites de lo razonable. No he ganado tanto dinero, ni he tenido unas experiencias tan apasionantes. Pero creo que encontré un equilibrio más adaptado a mi personalidad, en el que trabajo y no-trabajo encontraban su espacio.
Aunque quizás sólo sea una racionalización de mi frustración… 🙂

8 comentarios en “80 horas a la semana”

  1. Llevo cobrando nómina todos los meses desde los 17 (ahora tengo 28) y al principio pensaba también en buscar éxito a nivel profesional teniendo en cuenta el sacrificio personal necesario para ello. Pero con el tiempo me dí cuenta que no me merecía la pena tanto sacrificio para luego las migajas que te llevas en comparación con lo que ganan contigo, ya que al fin y al cabo es un negocio en el que es justo que ganen todos los implicados. Quizás sea ese uno de los motivos por los cuales tampoco soy forofo del fútbol ni salgo a la calle a celebrar victorias (no veo pq celebrar que unos millonetis ganan más dinero, aunque si digo la verdad, me da un poco de envidia la gente que vive el deporte de esa manera).
    Así que cada uno haga lo que más le guste (ya sea vivir para trabajar o trabajar para vivir), y que se abstenga de juzgar a otros por lo que hacen, mientras solo se perjudiquen a ellos mismos.
    Sigue en la línea, y suerte. Que con los años te estas convirtiendo en un punto de referencia!

    Responder
  2. Yo también me sentí frustrado cuando no me cogieron en algunas empresas de las grandes, y también me alegré muchísimo de que no me cogieran un tiempo después.
    Yo no me habría rendido, y habría entregado mi vida a esa gente, por supuesto por mucho que te paguen, no está bien pagado, a poco que aprecies tu tiempo de ocio, claro.
    Para dejarte tu vida por una empresa, mejor que sea por la tuya. Yo soy trabajador por cuenta ajena, y «me parto el culo» cuando hay que hacerlo no huyo de mis responsabilidades y doy la cara siempre, pero no por la empresa, sino por mi imagen. Defiendo los intereses de la empresa, pero también como tú, dentro de unos límites razonables.
    Por mucho que te paguen, siempre estarás vendiendo tu vida demasiado barata.
    Saludos.

    Responder
  3. Por cierto… se me acaba de ocurrir que podrías publicar una encuesta para que pudiéramos poner cuál ha sido nuestra jornada más larga de trabajo. Esas cosas cuestan de olvidar 😉
    La mía fue de 28 horas seguidas…

    Responder
  4. Yo recuerdo un PaP (paso a producción) de 36 horas un fin de semana, claro que no estábamos muy cristianos. Respecto a la jornada, nunca me ha importado haber trabajado 50 h hasta el jueves, pero a partir de ahí seguir con ese horario viernes y sábado no creo que aumente mucho más el rendimiento.
    Saludos,
    JP
    http://historias-de-jp.blogspot.com/

    Responder
  5. Como cambian las perspectivas con el tiempo.
    Al igual que otros muchos, al salir de la universidad me pegaba por entrar en alguna de las «grandes» (sin lograrlo). Y hace poco, y con unos cuantos años más a mi espalda, cuando me han ofrecido un puesto en una esa empresa «soñadas», me he echado a reír y les he dicho sin pensármelo: «no, gracias».

    Responder
  6. Pero como todo cambia …. habéis visto nuevas generaciones. Los yupis de los 90 ya no existen, ¿cuánto les cuesta ahora a estas mismas empresas conseguir que alguien quiera trabajar para ellos? Los nuevos licenciados tienen más claro que es importante tener tiempo de ocio, y no aceptan estas jornadas, con lo que el recruiting ahora es dificil, y quien entra no hace estos horarios. Se tendrán que adaptar. El ocio, el equilibrio ganará la partida.
    Mi jornada laboral más larga empezó un viernes a la 9h de la mañana y acabó un lunes a las 22h, recuerdo hacer una cuantas cabezaditas de 2 horas máximo, una locura. Menudo año trabajé 23 fines de semana media de 13h al día los festivos y 8h de lunes a viernes. Se acabó eso hace tiempo.
    Eso si estas empresas que al principio nos descartaban (si a mi tambiém) ahora andan como locas para hacernos gerentes, porque creo que hemos conseguido un mejor equilibrio profesional, y a la larga eso pesa mucho.

    Responder

Deja un comentario