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Ventajas de mi nuevo trabajo

Bueno, pues sin querer se han pasado casi dos meses de mi nuevo trabajo. ¡Se dice pronto! Pero se han pasado volando. Supongo que esa es una de las diferencias que más estoy notando: los días se me van a base de hacer cosas. Estoy mucho más metido en esto de lo que estaba antes en mi tarea, mucho más «enchufado». No sé cuánto durará el «efecto subidón», pero es muy agradable.
Algunos cambios a mejor que he notado con el cambio de vida:

  • Como mejor: ahora como en casa comida preparada por mí, y no «cualquiercosa» en un bar cerca de la oficina. Más variedad, comida más sana, más barato… hasta lo estoy notando en el peso.
  • Adios a los atascos: no tener que desplazarse en hora punta (que trato de evitar como alma que lleva el diablo) es fantástico. Los desplazamientos procuro hacerlos «a deshora», redundando en un ahorro neto de tiempo perdido. Y además puedo optimizar los desplazamientos (juntar varios en el mismo día) con lo que también ahorro lío.
  • Tiempo con el «peque»: antes le metía deprisa y corriendo en el monovolumen para dejarle tirado en la guarde de camino a la oficina. Por la tarde/noche, llegaba (con suerte) con el tiempo justo de bañarle y ponerle el pijama. Ahora le doy el desayuno tranquilamente, le visto, damos un paseíto hasta la guarde… por la tarde estoy el 99% de las veces a la hora de dar el paseo, además de estar presente (aunque esté trabajando) mientras deambula después de la siesta.
  • Tiempo con la «menos peque»: antes veía a mi mujer, con suerte, a partir de las 9 de la noche, en plena vorágine de baño de bebé, preparar cena de bebé, dar cena al bebé, hacer cena de mayores, cenar los mayores….
  • No tomo café: parece una tontería, pero estando en la oficina caían 3 o 4 cafés al día. Sólo o en compañía, al final era la forma de levantarse de la silla unos minutos. El estómago me lo agradece a gritos: mi acidez se ha reducido casi en su totalidad.
  • Puedo hacer la compra a diario: bueno, cada dos días. Pero puedo pasarme por el super del barrio segun vuelvo de la guardería y comprar (además, a una hora en la que no hay gente) pescado fresco, carne fresca, fruta… en vez de malcomprarla en el hipermercado (calidad ínfima) y congelarla (peor que peor).
  • Puedo hacer «arbitraje de grandes superficies»: antes, ir a una gran superficie (llámese Alcampo, Ikea, MediaMark…) suponía ir un sábado, con otros varios millones de personas. Ahora, puedo intercambiar el tiempo e ir un día entre semana, sin agobios, y luego trabajar un poco el sábado. Resultado: ahorro neto de tiempo y de estrés.

Y algunas cosas que echo de menos:

  • Espacio: antes tenía un despacho, con su mesa grande, sus estanterías, etc. Ahora comparto espacio de trabajo con mesa comedor, y el espacio que tengo para almacenar papeles y chismes es mucho más limitado. Ya sé que hay que intentar separar, pero mis 50 metros de casa no dan para virguerías. Espero solucionarlo pronto.
  • Vida social: esas charletas sin venir a cuento, ese ruido de fondo de teléfonos y conversaciones, esos chascarrillos… aquí está el email y el IM, pero no es lo mismo. Y aunque fuese por el mero hecho de estar en una misma oficina, el roce siempre da más calidez interpersonal. Ahora, si ves a alguien, es porque has quedado. Y no es lo mismo.
  • Instalaciones y soporte: sí, ese tipo de cosas que cuando estás en una oficina ni te planteas, y que ahora… por ejemplo, el correo (de dejar una carta en la bandeja del correo interno a bajarla tú mismo al buzón), material de oficina (de «voy a coger cuatro bolis del armario» a «coño, hay que ir a la papelería»), impresoras («ésta no funciona, voy a imprimir por la otra… ahí van 50 folios»), soporte técnico (de «avisad que no funciona la impresora» a «mierda, ahora a buscar un servicio técnico»), etc.

6 comentarios en “Ventajas de mi nuevo trabajo”

  1. Hola C.A.,
    Te cuento como hago yo para quedarme solo con la parte buena: sigo manteniendo mi despacho en la oficina, y me suelo pasar por allí uno o dos dias a la semana, de manera que no pierdo el contacto con la gente.
    Totalmente de acuerdo en todas la ventajas, aunque añadiría una desventaja de la gestión del tiempo:
    al trabajar desde la oficina, cuando llega la hora a la que o sales o no llegas ni a poner el pijama al bebé, te vas a no ser que pase algo grave. En casa, o aprendes a desconectar, o trabajas hasta la hora de ponerle el pijama al bebé (es decir lo mismo que antes más el tiempo del transporte), y despues de acostarle te vuelves a poner a trabajar…
    Obviamente no ocurre todos los dias, pero si a veces. Aunque claro, la falta de espacio y el no tener un despacho para ti en casa, pueden ayudar, ya que tendrás que desmontar el chiringuito del salón para poder cenar. Bien pensado, NO TE BUSQUES DESPACHO EN CASA!!
    saludos

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  2. Siempre nos queda la opción de volver al típico cuadro sinóptico de «cosas que hacer, donde y cuando»…
    Y lo que es todavía más difícil.. CUMPLIRLO!
    Mucha suerte en cualquier caso!

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  3. En mi caso particular. La mesa de mi trabajo es más pequeña que la que tengo en casa (no tengo despacho), el café de la oficina es asqueroso (pero hay que tomarlo), la compra la tengo que hacer por Internet para no ir con todos los demás, me tengo que levantar a las 6 de la mañana, eso sí, llego pronto, sobre las 19h y la vida social que tengo en la oficina muchas veces es mejor no tenerla.
    En definitiva, creo que te doy la enhorabuena, no no, no lo creo, te la doy ;-).
    Raúl, yo llevo buscando el teletrabajo durante años, pero no lo he encontrado todavía, aunque tarde o temprano llegará y las cosas que se tienen al estar en una oficina creo que no son suficientes como para justificar el trabajar en casa, aunque tengas que salir a ver clientes a menudo.
    Y sí, la compañía física no la tienes, pero la experiencia me ha enseñado que cuando dejas una empresa al cabo de tres meses casi nadie se acuerda de ti, es triste, pero es verdad, así que tampoco me preocuparía mucho de ese aspecto.
    Así que sigue trabajando, porque trabajar desde casa ES TRABAJAR, aunque haya mucha gente que no lo crea, pero claro, esos son los que llegan a las 10 y se van 5 minutos después del jefe para que les vean «lo mucho que trabajan».

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