Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


Aprendiendo coaching: semana 4

[Esta entrada corresponde a la serie «Aprendiendo coaching«, dentro de la iniciativa «Mis aprendizajes«]

Objetivo de la semana

Esta semana nació «sin objetivo». De hecho, el problema es que se solapó esta semana con la anterior, así que «me pilló el toro».

Qué he hecho

  • He seguido leyendo el libro Coaching de John Withmore. Si la semana anterior decía que el libro tenía un enfoque más «anglosajón» también se nota «para lo malo»: esa tendencia en los libros de management a meter un puñado de ideas interesantes, y luego dar vueltas y vueltas sobre lo mismo sin avanzar demasiado.
  • He intentado, en algunas de mis conversaciones cotidianas, empezar a «pensar en términos de coaching». Por ejemplo con mi hijo, hablando de cosas del colegio, etc… También estuve hablando con mi mujer sobre este enfoque, analizando cómo a veces tendemos a ser demasiado «directivos» y si podríamos ir cambiando la forma de hacer las cosas…

Aprendizajes

  • Withmore tiene un tema muy interesante relacionado con las «preguntas eficaces«. Su planteamiento es que, de cara a generar awareness + responsibility (su mantra de cabecera) las preguntas deben promover la observación (más que el análisis, donde podemos tender a buscar justificaciones o a sentirnos «examinados» y por lo tanto a resistirnos) y la ausencia de juicio. También remarca la idea de que el objetivo no es que tú «te enteres» de las cosas, si no de hacer preguntas que sirvan para que el coachee «descubra por sí mismo». Cuando te pones a pensar en ello parece un concepto muy claro, pero cuando intentas trasladarlo a tus propias preguntas te das cuenta de que no es sencillo.
  • En paralelo habla también de la importancia (lógica) de escuchar las contestaciones (en varios niveles: lo que se dice, lo que no se dice, cómo se dice, el lenguaje no verbal…), y de seguir el hilo de los pensamientos del coachee. La idea, al final, es que sea el coachee el que vaya decidiendo por dónde explorar sus ideas, el que decida hasta dónde quiere llevarlas, en qué momento quiere pasar a otra cosa… La idea de «dirigir la conversación» es contraproducente (aunque hay fórmulas para dar al coachee la oportunidad de hacerlo, pero siempre aceptando que es él quien lo hace)
  • Withmore plantea el enfoque GROW, definido como 4 etapas en una conversación de coaching.
    • G de Goals: una fase de establecimiento de objetivos, tanto para la sesión como para el proceso
    • R de Reality: una fase de describir cuál es la situación actual
    • O de Options: una fase para plantear, con la mayor libertad posible, un abanico de líneas de acción
    • W de What: una fase para concretar la inquietud en un plan, un compromiso que el coachee pueda definir como viable y con el que realmente se comprometa.
  • El enfoque GROW me parecía por un lado muy «lógico», pero por otro lado un tanto… «ortopédico». Especialmente en las partes de los objetivos y del compromiso, la sensación es que «la teoría» pareciera obligar a presionar al coachee para que concretase, y eso es algo a lo que de forma intuitiva yo me resistía, aunque con la sospecha de que es más un problema mío (la vinculación de un compromiso con una «obligación a hacer algo que no quiero hacer»). Comentándolo con Alberto, me hizo ver la utilidad de esas fases de cara a generar una cierta «incomodidad» en el coachee, no con el objetivo de «putearle», sino más bien de «hacerle pensar». Obviamente el coach es el que maneja esa presión, y tiene que buscar el punto en el que la resistencia empieza a ser un bloqueo y no ir más allá; ese mismo punto de resistencia ya le da información, y puede volverse sobre él más adelante.
  • El enfoque GROW, ya lo dice el propio Withmore, es un planteamiento «teórico» que luego, llevado a la práctica, es obviamente mucho más flexible: unas etapas se solapan con otras, se va y se vuelve entre las etapas, etc… pero puede ser un marco conceptual interesante al que agarrarse como «hoja de ruta».

Qué ha ido bien

  • Incluso en una semana «difusa», he seguido dedicando tiempo a avanzar, leyendo y tomando notas…
  • Aunque no ha sido tan «al día» como me gustaría, he trasladado los aprendizajes a mi «diario» y he hecho la reflexión semanal.
  • He intentado llevar algunas de las ideas a la práctica en conversaciones «del día a día».

Qué podría ir mejor

  • Creo que es importante hacer el «resumen diario» en el día. Ayuda a que las ideas se plasmen frescas. Es una cuestión de rutina.
  • Alberto me planteó hacer un ejercicio de visioning, y no he avanzado nada. Estoy intentando ser consciente de los «por qués». Tendré que renegociar mi compromiso.

Para la próxima semana

  • El foco debería ser llevar al día las herramientas, y terminar el libro de Withmore. Me preocupa que, cuando lo acabe, tendré que pensar en los «siguientes pasos».
  • Va siendo hora de consolidar.

Deja un comentario