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Manías de viejo

Dicen que, a medida que uno se va a haciendo mayor, sus manías van haciéndose más y más presentes. Que, llegado un momento, le resulta muy difícil salirse de sus rutinas y sus hábitos, que las cosas tienen que ser como él dice, y que todo lo demás «está mal». Que le resulta difícil acostumbrarse a las formas de hacer de otros, y que está constantemente refunfuñando.
Y aquí estoy yo, camino de los 41. Aunque a decir verdad, yo ya de serie venía bastante maniático y egocéntrico, con tendencia a considerar «mi forma de ver las cosas» como «la forma correcta de ver las cosas» y con dificultad para adaptarme a los cambios de planes. Es muy comentada mi poca cintura para encajar las críticas, y mi proverbial capacidad para decir «NO» de entrada a a casi todo (aunque también me reconocen cierta ecuanimidad a la hora de reconsiderar mis posturas, pero siempre con un periodo de maduración).
Estos días he empezado a trabajar con gente nueva, y estoy notando cómo me cuesta adaptarme. Haciendo el ejercicio de reflexión, intentando ponerme en la posición del «observador externo», me doy cuenta de mis propias rigideces. A veces resultaría hasta cómico observarlo, si no fuera porque soy yo mismo el que sufre las consecuencias, y el que tiene que hacer el esfuerzo porque sea de otra manera.
En esas estamos. Supongo que, como se suele decir, «el primer paso es darse cuenta».

2 comentarios en “Manías de viejo”

  1. Algunos tenemos la ventaja, o desventaja, según se mire, de haber sido viejos toda la vida. En mi caso concreto es una ventaja, porque ahora me cuesta menos adaptarme, simplemente porque el vigor juvenil que antes malgastaba en mantener mis rigideces ahora prefiero ahorrármelo para algo más productivo (aunque las rigideces siguen ahí en el fondo, no creas). No me he hecho más flexible sino menos rígido, que no es lo mismo 😉

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    • Qué enfoque más interesante :D. Sí es verdad que hay un punto también en lo de hacerse mayor de «relativizar», de dejar «que sea lo que tenga que ser». Y en ese sentido puede uno ser más permeable/adaptable a lo que venga. «No ofrecer resistencia», al estilo de lo que decía Bruce Lee… «be water» 🙂

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