Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


¿Haría un videoblog en 2017?

La otra noche, en ese rato en el que la cabeza empieza a divagar justo antes de dormirte, me dio por imaginarme de «videoblogger». Joder, «videoblogger» suena como antiguo, ¿no? El caso es que «youtuber» no me encaja (un amiguete millenial, el muy… «millenial», me decía que se me daría bien lo de ser «yayoutuber»…)
Claro, la mayoría no lo recordaréis, pero es que no sería la primera vez. Ya hice un experimento hace (leche) más de diez años (con razón me suena viejuno lo de «videoblogger). Fueron varios «episodios» que intenté hacer temáticos (hice uno con Aprendices, otro con RichDadClub, otro con una de las primeras ediciones de Iniciador, una charla con Alvy de Microsiervos… me iba con la cámara, hacía algunas entrevistas, algunas imágenes de recurso, montaba… todo muy amateur, claro. Pondría enlaces a los videos, pero estaban subidos a una plataforma (Blip.tv) que hace ya años que cerró. Supongo que tendré los originales en algún lugar de algún disco duro, o quizás ni eso. El hecho es que aquello no cogió tracción: probé, no tuvo más repercusión… fin.
¿Por qué entonces, diez años después, vuelve a cruzarse por mi mente semejante idea? Obviamente han cambiado los tiempos, y lo que por aquel entonces era una tendencia incipiente ahora es totalmente «mainstream». El contenido en video se ha popularizado hasta niveles insospechados, y ahora no es nada raro ver gente de todo tipo que lo produce y que lo consume. En el ámbito de lo que sería «asimilable» a lo que yo me plantearía hacer he seguido con cierta atención algunos intentos, como el de Calvoconbarba o el de Andrés Pérez. No sé qué valoraciones harán ellos de sus esfuerzos (lo que sí veo es que se han quedado un poco «parados» sus canales).
La verdad es que yo no sigo muchos contenidos en video. De vez en cuando en youtube cosas sueltas (alguna conferencia o así, o algún tutorial de algo que quiera resolver en ese momento), y alguna cosa de humor. Pero en general me encuentro mucho más cómodo consumiendo texto (con la posibilidad de discriminar de un vistazo el contenido, pim, pam) que el video secuencial. Ahora bien, lo cierto es que luego hay gente que sí consume esos contenidos… y haría uno mal en considerarse la medida de lo que vale y lo que no, ¿no?
Por otra parte, en estos casos que citaba antes tenemos contenidos «temáticos», y esa es una de las cosas que me echan para atrás de lanzarme a experimentar con estas cosas. Me aburre lo temático, ya lo sabéis. Me aburre en el blog, me aburre en el twitter, y me aburriría seguro en el video. Ya sé, ya sé, si hablo de cualquier cosa se diluye «la marca personal», pero ya sabéis lo que opino de eso. Claro que habría reflexiones sobre temas profesionales, seguro. Pero también de vez en cuando las habría de otro tipo, las que «me saliese» en el momento, como sucede con el blog.
¿Y todo eso «pa qué»? Cuando el otro día lo planteaba en twitter, el amigo David me lanzaba unas preguntas muy pertinentes: «¿Aportaría algo a tu «negocio»? ¿Aporta algo al negocio de alguien? ¿Aporta algo que no se pueda hacer escrito? ¿Consume menos recursos y tiene más beneficios que otra actividad? ¿Consumes videoblogs? ¿Los consumen tus clientes?…». Preguntas, como digo, muy certeras. Claro que, de nuevo, ponía el foco en la «utilidad». Y ese es un concepto, el «utilitarismo», el pensar que todo lo que uno hace tiene que «servir para algo»… con el que estoy algo reñido. En un mundo sencillo, donde sabes que la acción A tiene una consecuencia B, pues es fácil hacer análisis de utilidad. En un mundo complejo, «los caminos del Señor son inescrutables» y no sabes muy bien cuándo algo de aparente «inutilidad» puede acabar teniendo un impacto inesperado. Que tampoco es eso lo que buscaría, la verdad. Aunque por otra parte tampoco me gustaría hacer videos que se quedasen en «3 visualizaciones» (incluyendo mi madre), pero haría bien en recordarme que normalmente a nadie le importa lo que haces. También hace poco estuve experimentando con Snapchat (que sería una versión más «casual» de lo mismo) y tampoco me acabó de enganchar
Supongo que estoy pensando en voz alta, nada más. Que para eso tengo un blog, ¿no? 🙂

1 comentario en “¿Haría un videoblog en 2017?”

Deja un comentario