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La ventaja comercial de una firma grande

Como ya sabéis, la primera parte de mi carrera profesional se desarrolló en una gran multinacional de servicios profesionales. Una de las, por entonces, Big 5. Toda una experiencia.
En un momento dado, se incorporó como gerente una persona que venía de fuera. Él tenía su pequeña firma de consultoría en Barcelona, junto con otros socios, y le plantearon la posibilidad de entrar en la Firma. Una noche cenando en Mallorca, mientras compartíamos proyecto, le comenté que me llamaba la atención lo que había hecho. Es decir, para mí (que había «nacido» profesionalmente en la empresa grande) el ideal futuro era salir de la firma, tener mi propia empresa en la que yo fuera el jefe y tomara las decisiones. Justo lo que él había abandonado para meterse en lo que, para mí entonces, era «la boca del lobo».
Su razonamiento me sorprendió: «es como si yo jugara en 2ªB, y me llamase el Barça para ficharme, es que es otro mundo». Yo no lo entendía. A la «gran firma» yo le veía todo lo negativo, y tenía idealizado lo que era tener una empresa propia.
Después abandoné ese mundo, y empecé mis aventuras. Y ahora entiendo mucho mejor lo que me quería decir. En la distancia, sigo valorando negativamente muchas de las cosas que tenían las grandes multinacionales. Pero también, a medida que voy experimentando el otro lado, voy apreciando cada vez con más nitidez sus ventajas, muchas cosas que en su momento (quizás porque siempre habían estado ahí) daba por hechas.
Y una de las que más destacan es la inmensa inercia comercial que tienen las grandes firmas. La forma en la que está montado el negocio hace que surgan, aparentemente de la nada, clientes, trabajos, facturación… Ya sé, ya sé que no es tan «mágico» y que hay que hacer labor comercial, y cumplir objetivos, etc… pero la propia marca, la recurrencia de clientes, el entramado de socios con años de experiencia que conocen a todo pichichi… hacen que esa labor comercial se desarrolle con «viento a favor». Mientras, cuando eres un «llanero solitario», todo cuesta muchísimo más.
Es la diferencia entre uno que se abre paso en la selva a machetazos, y otro que va en un bulldozer.

8 comentarios en “La ventaja comercial de una firma grande”

  1. Hola Raúl, me quedé con las ganas de que siguieses adelante en tu proyecto de escribir un libro relacionado con la consultoría… te quería preguntar en relación a esta entrada que has escrito: ¿Cuáles son los aspectos postivos y negativos de una gran empresa consultora con respecto a emprender? Yo estoy en la misma situación en la que tu estabas en aquella cena.
    Un saludo, enhorabuena por tu nuevo blog de fotografía y muchas gracias por todo.
    D.

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  2. Uf, es que lo de escribir un libro es complejo… ¡si hasta recopilar mis posts de estos años avanza poco a poco!
    La pregunta tiene mucha miga, y probablemente diese para extenderse mucho. Pero básicamente, diría que en una empresa grande hay muchas cosas que son más cómodas. Desde el proceso de vender (algo de lo que no te tienes que preocupar hasta que pasa un tiempo, e incluso entonces cuentas con mucho apoyo para hacerlo), presupuestos comerciales (¿hay que cogerse un avión para ir a no sé dónde? sin problema), recursos, gente con la que contrastar, un montón de material generado por tus compañeros… Cuando vas por libre te das cuenta de que estás solo, nadie te respalda, que cada euro hay que ganárselo (y que más te vale no derrocharlo en gastos).
    La contrapartida para mí tiene que ver mucho con las normas (unas escritas, otras no), burocracias, politiqueos, sumisión a decisiones «de arriba», necesidad de comportarse siempre «como la Firma manda», siempre pendientes de «qué dirán»… cuando estás por libre tú decides, tú ejecutas, nadie te va a pedir explicaciones.
    Como decía en el post, yo en esa época percibía toda esta parte «menos buena», pero no valoraba en su justa medida toda la parte positiva. Ha sido después, al comprobar cómo son las cosas «en el otro lado», cuando me he dado más cuenta.

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  3. Hola Raúl,
    Yo hace relativamente poco, pero en un momento dado, hace cosa de un año y algo, abandoné la «gran empresa» para ponerme por libre.
    Hay muchas cosas que se ven mejor cuando pasa el tiempo y uno va adquiriendo experiencia (seguro que esto lo sabes tú mejor que yo).
    La verdad es que a veces la selva se pone densa densa, y casi ni con el machete se puede andar. En fin, es cuestión de echarle ganas y tiempo, al final todo sale 😉
    Por cierto, hace tiempo que no comentas nada de triopic
    Un saludo!

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  4. Raúl, mi experiencia desde el mundo industrial es análoga y coincido con tus apreciaciones. Me gustaría añadir otro factor en favor de las grandes respecto al «soñado glamour» de las «innovadoras startups». Me refiero a los medios y recursos con los que puedes contar y por tanto el tipo de retos y problemas que puedes abordar, hablo de ingeniería de telecomunicaciones en sector HW, ya se que para filosofar con papel y lápiz vale o mejor dicho valía, porque la supercomputación y la computación en red es hacia donde la filosofía deriva. Por ejemplo, para un ingeniero hardware, trabajar en una empresa que tiene analizadores de redes de 60 Mpts (hablo de hace más de 20 años) en el almacén porque no queda sitio en el laboratorio donde colocarlos, te da una idea de la diferencia de medios. En mi empresa, Amplex, compramos por «leasing» un analizador de cuatro millones (era de 2ª mano) y nos dábamos con un canto en los dientes, eso sí, era nuestro, hasta que se rompió y no teníamos el de reserva en el almacén, como en las grandes.
    Nota, lo de los analizadores en el almacén no era un ejemplo de ineficiencia ni despilfarro, era una situación temporal que he traido a colación como ejemplo del «poderío» de las grandes.

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