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Famosos, exclusivas e intimidad

Ya tenemos tema del mes: ¿la crisis? NO ¿los dossieres del PP? NO ¿elecciones en el País Vasco? NO. La Pantoja ha roto con el Cachuli por el lucrativo medio de exclusiva en ¡Hola!.
¿Me parece mal? No. Yo no lo haría (lo de dar exclusivas sobre mi vida privada), pero bueno, si alguien quiere hacerlo, allá él. Si algún medio quiere pagarla, ellos verán. Y si hay gente que se tira de cabeza a los quioscos para leerla, pues con su pan se lo coman. Es un país libre, ¿no?
Lo que me revienta es que luego esa gente que vende exclusivas por una morterada haga declaraciones del tipo «es mi vida privada, por qué la gente habla de mí». No, eso no vale. Si juegas a un juego, lo haces con todas las consecuencias. Si pones a la venta tu vida privada (porque te pagan unos millones, porque ayuda a que la gente no se olvide de ti y siga yendo a tus conciertos o comprando tus discos), luego no digas que «es privada».
Decía yo en twitter que la Pantoja se merecía todos los paparazzis del mundo, por incoherente. Y me contestaba Alberto que si no debería tener ella el control sobre qué comercia y cuándo lo hace. La intensa discusión posterior a ráfagas de 140 caracteres me ha hecho pensar que mi posicionamiento era quizás un pelín extremista, aunque el fondo sigue siendo el mismo.
Si tú das una exclusiva hablando de tu vida personal, el efecto inmediato es que vas a ser la comidilla durante semanas. La gente (yo mismo lo estoy haciendo) comentará eso que tú has decidido hacer público, y tendrá todo el derecho a hacerlo porque es una liebre que tú has levantado. Unos lo harán en privado, otros lo harán en público y rellenarán horas de programación con «sesudos» debates sobre la cuestión. Plenamente legítimo, plenamente esperable… así que si no te gusta, no empieces.
Hay un segundo efecto, y es que al calor de la discusión surgirán otros personajes a dar «su opinión». Saldrá Cachuli, saldrá su ex-mujer, la tipeja que un día se enrolló con el hijo, el compañero de celda del Cachuli, el jardinero que un día les regó el jardín y cualquiera con ganas de un ratito de fama. Los programas de televisión irán como locos a recoger esos «testimonios». Y, de nuevo, es perfectamente legítimo (si tú has contado tu historia, los demás podrán contar la suya, ¿no?) y esperable.
Y luego hay un tercer efecto, que es el del acoso, los paparazzis persiguiéndote, enjambres de reporteros montando guardia frente a tu casa para poner su alcachofa delante de la boca de cualquiera que se atreva a asomarse por allí, persecuciones en los aeropuertos… Esto ya no creo que sea legítimo (y en ese sentido creo que mi tuit inicial era excesivo), pero sí perfectamente esperable sabiendo cómo está el patio. ¿Que no debería ser así? Quizás, pero ES así.
Por lo tanto, si no te gustan estos efectos, procura no echar a rodar la bola de nieve. No des exclusivas, no comentes tu vida privada. Limitate a hacer tu trabajo, y santas pascuas. Igual hay gente que pretende seguir dandote el coñazo, pero si no les alimentas acabarán aburriéndose y yendo a por otro. Pero si lo haces, si pones carroña en tu ventana (porque te la pagan muy bien), sabes perfectamente que se va a llenar todo de buitres. Así que luego no vengas con el rollo hipócrita de tu «vida privada» y «que no hablen de mí».

11 comentarios en “Famosos, exclusivas e intimidad”

  1. Por alusiones (y por seguir con la conversación con algo más de 140 caracteres):
    Estoy de acuerdo contigo casi hasta el final.
    Bueno, realmente hasta el final, lo que pasa es que no quiero ser conformista, y una cosa es lo que ES (el acoso), y otra lo que DEBERÍA SER.
    Y no me parece que se deba consentir que el acoso SEA.
    Que hablen de ella (o de otros como ella): perfecto.
    Que les metan una cámara por la nariz: intolerable.

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  2. jo der macho debes star aburrido para escribir un post así……..
    ya veo q tenias razon cuando dices q te descentras con rapidez, pq vamos…. pena de tiempo

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  3. Alberto, estoy de acuerdo, y por eso digo que mi alusión a los paparazzi no fue adecuada. Pero la tía ya sabe cómo funciona el tema, y ya sabe que si da esta exclusiva, lo otro vendrá después. Está claro que valora más el beneficio que saca que las penalidades que sufra, por mucho que luego haga el discurso de «qué pobrecita soy, cómo me maltrata la prensa».

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  4. De un tiempo a esta parte pensaba como tú.
    Pero ahora no estoy de acuerdo ciertamente. Generalmente cuando ves a los famosos diciendo eso, es porque pretenden hacerles hablar los periodistas nuevamente de algún tema en concreto (entre más morboso mejor jeje).
    En mi humilde opinión, cuando tú vendes una exclusiva estás cediendo un «trozo» o pasaje de tu vida, y este pasaje tiene una delimitación concreta generalmente (boda, embarazo, separación, …) y en un contexto determinado (televisión, periódico, …).
    Y si tú fuera de ese ámbito me vuelves a preguntar y te digo que no hablo de mi vida privada, pues qué quieres que te diga, no estoy rompiendo ninguna regla del juego, dado que al juego le estás imponiendo tus reglas y no las acordadas como en el caso Hola-Pantoja por ponerte un ejemplo.
    En cualquier caso, la privacidad siempre es un tema peliagudo, con bastantes interpretaciones y del que ni mucho menos me considero ni experto ni quien para aportar una opinión realmente fundamentada, más allá de una primera y superficial visión personal.
    Un saludo

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  5. Aun no cayendome bien esta fauna de las exclusivas, un@ se prostituye cuando le da la gana. Cuando no le apetece no tiene que venir nadie a violarl@

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  6. Javier, estoy en parte de acuerdo contigo. Y en parte no.
    Si se hace una exclusiva sobre «mi separación», no puedo evitar de ninguna forma (y creo que no tendría derecho) que «mi separación» se convierta en tema de conversación. Limitar el contexto creo que es imposible, son dos caras indisolubles de una misma moneda. Es como sacar tus trapos sucios por la ventana pero decir «la gente que pasa por la calle no puede mirarlos».
    Acepto lo de que, si no quiere volver a hablar de ello, que no hable. Pero no puede evitar que otros lo hagan, y de hecho es ella la que les ha dado pie a hacerlo.
    Es verdad que lo de la privacidad está abierto a muchos matices; y no creo que haya «expertos», cada uno tenemos nuestra visión, y posiblemente dependa de cómo nos haya ido a cada uno.
    Pero lo que creo que está claro es que, aunque siempre haya riesgos, se pueden acotar; al igual que es más probable que te pille un toro si corres el encierro de San Fermín que si lo ves sentado en la tele de tu casa, es más probable que seas objeto de la prensa del corazón si das exclusivas que si te limitas a hacer tu trabajo de forma discreta.

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  7. Tengo la percepción que no se queja de que la gente en sus casas hablen sobre el tema, que entiendo saben que es así, pero no creo que sea el target de esas respuestas.
    Otro tema muy distinto es que me des el coñazo directamente como periodista, paparazzi, … sobre ese tema cuando te apetece o cuando crees que mis respuestas pueden aportar económicamente a la empresa, sociedad, … que tienes detrás o a ti mismo. Vamos, puedes hacerlo, pero no te quejes de mi respuesta. Yo digo: «En el programa X por la cantidad Y hablo de estoy aquello».
    Y aunque como decimos es como poco tema subjetivo, sigo sin ver la hipocresía que comentas.
    Un saludo

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  8. No es «la gente en sus casas». Son los programas de televisión, los «debates», las entrevistas a otros «aludidos», etc, etc.
    Ya he dicho que el acoso al individuo me parece que no procede (pero sucede, algo que ninguno ignoramos). Pero supongamos que efectivmente no hay paparazzis, ni reporteros acosandola. Aun así, sin su participación (sin «violar» a nadie), seguiría siendo protagonista de «el tema de la semana».
    Recogiendo la frase de Ramón, no estoy hablando de que te violen cuando quieran; estoy hablando de que el pueblo comente que «fulanita se prostituye», de que salga un señor diciendo «yo fui con fulanita y me lo pasé muy bien», que salga una compañera de calle diciendo «pues a mí me parece que es una intrusa». A la susodicha (que efectivamente se prostituye cuando quiere) no se la vuelve a molestar directamente, pero su actividad de prostituta va a estar de boca en boca.

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  9. Es la lógica de los de costes. La Pantoja no cobra millones por contar un día que se ha separado. Eso se cuenta en el bar o en un blog gratis. La Pantoja cobra por todo lo que viene detrás.
    ¿Ganancia desmedida a cambio de coste mínimo? Eso no existe. Y la Pantoja lo sabe.
    Saludos

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