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Fumar en la calle

Fumar

El otro día me comentaba un empresario que tenían en sus oficinas un problema que se les estaba enquistando. Los fumadores. Y es que desde que entró en vigor la normativa que impide fumar en los lugares de trabajo, es habitual que los fumadores se bajen a la calle a «echar un cigarrito»… tres, cuatro o cinco veces al día.
Lo que le preocupaba a este empresario era el agravio comparativo: «si cada vez que salen a la calle son 10 minutitos… al cabo del día resulta que se tiran una hora fumando, una hora de asueto que los no fumadores no disfrutan».
Le entiendo. Pero no comparto su visión. Primero, porque es mucho suponer que los «no fumadores» están rindiendo al 100% todo el tiempo que están sentados en la silla. Seguro que echan sus ratitos en internet, sus llamaditas por teléfono, se levantan al baño, charlan un ratito en la máquina de café o simplemente están en Babia mientras miran la pantalla del ordenador.
Segundo, la aspiración de «controlar el tiempo» de los trabajadores es… una ilusión. Literalmente, no puedes estar vigilando a todos y cada uno de ellos a ver qué están haciendo en cada momento, salvo que quieras convertirte en un capataz y dedicar todo tu tiempo a la vigilancia… y ni aun así. Y además, esa sensación de control absoluto machaca absolutamente la moral del «vigilado». ¿O es que tú trabajas bien con alguien que te está pidiendo cuentas de cada movimiento que haces?
Finalmente, lo que subyace es una concepción equivocada (desde mi punto de vista) del trabajo. Lo que importa de un trabajador no es cuánto tiempo se pase atado a su puesto, sino que consiga los resultados. A un trabajador hay que especificarle qué se espera de él: que las facturas se tramiten en un periodo máximo de x días, que el número de errores en la facturación sea del 0,1% máximo, que el número de quejas de clientes se reduzca por debajo de x, que las ventas crezcan un 10% este año… lo que sea. Y especificar que se le van a controlar los resultados cada día, cada semana, o cada mes. Y a partir de ahí, dejarle libre albedrío, teniendo claro que su actuación tendrá en todo caso consecuencias.
Si no consigue los resultados esperados, tendrá problemas: no conseguirá su bonus, o se verá en la calle. Pero si los consigue… ¿a tí qué más te da que se baje a echar un cigarrito, pase un rato en el Facebook, alargue la pausa de la comida o se tome la tarde libre? Vale, eso demostrará que «va sobrado» y que tiene margen para conseguir más resultados: algo que habrá que tener en cuenta cuando se vuelvan a fijar sus expectativas.
En definitiva, el problema no está en bajar a fumar. El problema es que, por el motivo que sea, no consiga los resultados esperados. Es ahí donde hay que actuar, no en el detalle.
Foto | Mike (el madrileño)

25 comentarios en “Fumar en la calle”

  1. Debería dar igual, pero si no haces nada, generas mal rollo entre los no fumadores… no todo es cuestión de resultados, también tienes que cuidar a las personas, hombre…
    En UK lo han solucionado así generalmente: los fumadores tienen un horario de 30 min mas al día que los no fumadores. Y así, todos contentos.

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  2. No estás «haciendo nada». Estás transmitiendo un mensaje a TODOS los trabajadores (fumadores y no fumadores): mientras cumpláis con lo que se espera de vosotros, haced con vuestro tiempo lo que queráis. Unos elegirán fumar, otros irse más pronto a casa, otros chatear… ¿eso no es cuidar a las personas? Me parece infinitamente más respetuoso y honesto que andar detrás de ellos cronómetro en mano.
    Si pones un horario de 30 minutos más para los fumadores… ¿vale igual para el que fuma dos cigarros que para el que fuma diez? Si yo fuera un fumador y me impusiesen esa norma, empezaría a estar con un cronómetro en la mano mirando a ver qué hacen los «no fumadores»: ¿cuánto tiempo se han pasado donde el café? ¿y en el baño? Exigiría, por pura equidad, que si a mí me hacen «pagar» por el tiempo que dedique a fumar, a los demás les exijan lo mismo por el tiempo que dedican a otros menesteres «no laborales».
    Uf, sin duda, una fuente de buen rollo tremenda…

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  3. Completamente de acuerdo con lo de pedir resultados. He trabajado con americanos y el concepto es así. Vales tus resultados, no tus horas trabajadas.
    Cualquier día te presento a mi jefa para que se lo expliques, a ver si lo pilla.

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  4. En su día con esta ley a parte de todo lo que se dijo se solucionó también un problema de convivencia que se iba agrabando día a día en muchos lugares entre fumadores y no fumadores radicales (el adjetivo va para lo dos). Cuando los no fumadores y los que nos tocaba mediar entre ambos estabamos ya tan contentos surgió el problema del «escaqueo» autorizado de los fumadores.
    No te falta razón pero los fumadores, como los no fumadores, también van al baño, se escaquean, internean, miran las musarañas, van debatir temas laborales de suma importancia junto a la máquina de café, y ellos además salen a furmarse el cigarrito) 🙂 Esto es lo que te dicen cuando ante una queja sobre el escaqueo autorizado de los fumadores se usan esos argumentos contra un no fumador mosqueado.
    En cualquier caso la solución es la que dices, mirar el trabajo realizado y no cuanto tiempo se está calentando la silla.

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  5. Supongo que depende un poco de los trabajos, pero en un trabajo reactivo, la diferencia entre un fumador y un no fumador que sale a fumar es mucha.
    Supongamos que en una ventanilla de atención al público hay dos personas, una fumadora y otra no fumadora atendiendo.
    Supongamos (y es mucho suponer) que el tiempo que el fumador dedica a salir a fumar, el no fumador lo dedica a navegar por internet.
    Si alguien aparece por la ventanilla, las posibilidades de que le toque atenderle (y por lo tanto trabajar) al no fumador son mayores que las de el fumador. Aplícalo a coger el telefono, leer el mail con el cabreo urgente del jefe…
    Lo cierto es que si se le permiten una serie de breaks al fumador, se debería de la misma forma fomentar que los no fumadores interrumpieran su jornada cada cierto tiempo para dar un paseo o desconectar unos minutos. No sólo porque sea bueno para ellos, si no para que además no puedan sentirse discriminados.
    Me pasa lo mismo que con la baja de maternidad. La igualdad de sexos al mercado laboral llegará cuando el padre reciba la misma baja que recibe la madre de manera obligatoria. Desde ese día, a ningún empresario se le ocurrirá discriminar negativamente a una mujer frente a un hombre.

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  6. Aquí dejo un par de enlaces que pueden ser interesantes y que tiene mucho que ver con esta entrada:
    http://en.wikipedia.org/wiki/ROWE
    http://www.culturerx.com/
    Que sólo importaran los resultados sería lo ideal, tanto para la empresa como para el trabajor, aunque requiere un cambio cultural muy grande dentro de las empresas.
    Otro problema sería que tampoco se puede aplicar a todos los trabajos. Por ejemplo, en los trabajos con contacto directo con el público se tiene un horario predeterminado que no se puede «flexibilizar», y no dependes sólo de resultados.
    Digamos que sí, que lo ideal es que te juzguen por tus resultados, pero suponiendo que eso no pueda ser así por cualquier motivo, entonces sí que aquellos que fuman se pueden «escapar» más impunemente que aquellos que no fuman. No es lo mismo que tu jefe te vea 10 minutos fumando que te vea 10 minutos en internet, creo que el jefe lo ve de distinta manera, y ahí está el agravio comparativo.

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  7. Por desgracia en España se valora mas el calentar la silla que el que hagas tu trabajo.
    Yo soy fumador y no veo que problema hay en que me baje a fumar un cigarro de vez en cuando si al final hago mi trabajo.
    Los empresarios siguen con la mentalidad de que pagan a los empleados por horas y no por resultados, que al final es lo que reporta beneficios.

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  8. Pues uno de los principales motivos por los que dejé de fumar fue precisamente ese: no era que mi jefe me dijera nada (él también era fumador), pero es que al día perdía unas 2 horas fumando que tenía que recuperar de algún modo!!

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  9. Hay que puntualizar que el problema al que creo que se refiere esta persona en cuestión es que «es mucho suponer que los “no fumadores” están rindiendo al 100% todo el tiempo que están sentados en la silla. Seguro que echan sus ratitos en internet, sus llamaditas por teléfono, se levantan al baño, charlan un ratito en la máquina de café o simplemente están en Babia mientras miran la pantalla del ordenador»; pero que lo mismo pasa con los fumadores: charlan, se dan sus paseítos, navegan por internet y ADEMÁS también salen a fumar.
    Pero dejando de lado esa puntualización creo que realmente es un tema que no importa, deberían fijarse metas y no horarios controlados. A veces levantarte a fumar un cigarro o a estirar las piernas y comerte una manzana si no eres fumador te ayuda a espabilarte de nuevo y trabajar mejor después. Yo creo que tienes mucha razón en cómo lo planteas.

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  10. Hombre Raúl, no es cuestión que los fumadores puedan bajarse a fumar y que los no fumadores sean unos «vagos», la cuestión es que todas las personas vaguean en diferente medida independientemente de si fuman o no. Pero además, aparte de ese tiempo «de relax», los fumadores tienen un tiempo extra, palpable por el resto de trabajadores porque no está «calentando» la silla.
    Por supuesto depende de cada persona, pero a priori parece claro que es un agravio para los no fumadores.
    No sé, a mí me parece que es como si una persona se ausentara 5 veces en su jornada de trabajo diez minutos para bajarse al bar de enfrente a tomarse una cocacola, mientras los demás se quedan en su puesto de trabajo. O ese trabajador consigue mejores resultados que los demás, o se lo prohíbes, o tendrás que permitírselo a todo el mundo.
    El caso, yo estoy a favor de parar unos minutillos por cada hora trabajada, pero es que se ha creado «una necesidad» artificial de dar tiempo extra a los fumadores simplemente porque tienen esa adicción. Y no se le ha permitido a «los mejores» o «más eficientes», se le ha permitido como derecho propio del trabajador a TODOS los fumadores.
    Por tanto, no me extraña que deba haber una compensación con el resto frente a este derecho universal sacado de la manga: sacándoles antes de trabajar a los más eficientes o alargando la jornada de los fumadores menos eficientes…

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  11. Pues … no estoy de acuerdo 😀
    Es decir no soy fumador, y si, dedico parte de mi tiempo laboral a ver internet (la parte que dejan porque por ejemplo tener un correo hotmail o yahoo no se puede)
    Pero mis compañeros fumadores también ven ese ratito de internet, o de cafe, o de simplemente conversacion, o de llegar tarde o cualquier otro que los no fumadores «disfrutamos».
    Y si, tengo unos trabajos que cumplir a fin de mes (igual que ellos) pero resulta que si llaman por teléfono, los que estamos lo debemos coger e intentar solucionar, o cuando viene alguien a preguntar por el compañero pese a que informas que la persona que lleva eso no esta, pues «poyaque» tu estas alli por que no lo haces etc etc…
    Es decir no es que repartas tu tiempo libre entre fumar u otras cosas, sino que es un añadido a ese tiempo…

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  12. Victor, fíjate en tu última frase: «premiar a los eficientes o castigar a los FUMADORES no eficientes».
    Para mí, simplemente es «premiar a los eficientes» (me da igual que fumen o no) y «castigar a los no eficientes» (me da igual que la razón de su ineficiencia sea fumar u otra).
    Hacéis un planteamiento curioso: los fumadores van a vaguear como todos los demás y ADEMÁS fuman. ¿Eso es así por definición? Dependerá de la persona: unos vaguearán fumando, otros vaguearán haciendo otras cosas (más que los fumadores, aunque aparentemente estén en su silla) y otros no vaguearán en absoluto. Tomar el criterio «fumador=ineficiente» es tremendamente injusto. El único criterio válido es «¿es eficiente, o no eficiente?». Y punto.
    Mercurio, entiendo lo que dices. Al que se escaquea y con ello carga de trabajo a sus compañeros hay que acotarle. Lo que digo es que hay que perseguir al escaqueado (fumador o no), y no hacer una identificación «fumador=escaqueado» y «no fumador=currante al 100%». Porque es mentira.

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  13. Si Raul, partimos de una generalización que como tal es falsa, que los que fuman pierden mas tiempo que los no fumadores. Pero en tu caso has hecho lo mismo (pero al contrario) y das por sentado que el tiempo que pierde una persona es mas o menos fijo y que se dedica a una cosa (Internet, café, charlar etc) o a otra (fumar) y no son incompatibles.
    Al final dependerá de la persona, de la forma de dirigir etc etc
    El problema al final no es fumar o no, sino los escaqueos en general y hasta que punto se deben o no asumir.

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  14. No, no es así: yo he hecho esa afirmación a modo de ejemplo, para demostrar que con igual razón puede decirse lo uno (los fumadores gastan más tiempo porque hacen lo mismo que los demás y además fuman) que lo otro.
    Así que mi planteamiento es «me da igual a qué dediques tu tiempo mientras el trabajo se haga bien y en plazo». Y con eso no estoy haciendo ningún apriorismo respecto a «quién pierde más tiempo». Es irrelevante, porque no hay tal cosa como «tiempo perdido», sino únicamente «trabajo realizado» (y no se mide en horas, sino en resultados).

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  15. Todo esto que planteas está muy bien cuando el trabajo que hace cada uno es individual. Pero cuando hay que retrasar una reunión flash del equipo, o no le puedes preguntar a alguien una duda urgente porque se ha bajado a fumar, el fumador está influyendo en el trabajo de todo el equipo y no sólo a sus resultados sino a los de todos.
    En empresas donde se trabaja en equipo de forma continua e intensa, el tiempo en el que todo el equipo está disponible para todos es fundamental y el tema de las ausencias es crítico. Y las que son por fumar son las menos justificables. Antes se justifica (y de hecho se hace) la entrada o salida a una hora diferente o por compromisos familiares, cursos de formación o cualquier otra cosa. Si alguien tiene una adicción, lo suyo sería que durante el horario laboral la contenga (y medios hay) para que no afecte a los demás.

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  16. De todas maneras, y viendo la respuesta a mi primer comentario… la verdad es que eres como un crío… igual lo que hay que cambiar primero es ese tipo de mentalidades. De yo, yo, yo, y estar vigilando primero lo que hacen los demás.

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  17. Hombre, Fernando, no seas cachondo: o sea, que el comportamiento «crío» vale para decidir que unas personas se queden media hora más («es que Fulanito se baja a fumar, jopeta, y mientras yo aquí trabajando») pero luego, si alguien lo usa para valorar el uso del tiempo de los demás (algo que me parece esencialmente justo; si vamos a jugar al juego de «quién pierde tiempo», juguemos todos), ya es «una mentalidad». En fin…
    Otro argumento curioso es el de la «criticidad de la presencia». O sea, que la presencia es crítica… pero si es por «otros motivos» lo es menos. «Retrasar una reunión flash del equipo» o «no poder consultar una duda urgente» parece que es delito capital si es por fumar (estos adictos descontrolados…). Pero si es por un curso de formación… o por necesidades personales… o porque está en el baño… o porque está atendiendo una llamada… entonces vale, no importa esperar cinco minutos. Y si se aceptan horarios distintos de entrada o de salida… bueno, pues esperamos un par de horas a que se incorpore Fulanito. A ver, ¿es crítico o no es crítico?
    Pero bueno, en todo caso en mi planteamiento también cabe eso. Lo importante es que el trabajo se haga y se haga bien en tiempo y forma. Si ese «bien» incluye presencia física o disponibilidad 100%, pues es lo que hay y será incompatible con fumar y con más cosas, y habrá que establecer controles que permitan asegurar que esa presencia y esa disponibilidad son reales. Pero seamos conscientes de que la «presencia física» y la «disponibilidad 100%» son menos necesarias de lo que nos gusta pensar.

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  18. Ayer mismo le escuchaba al profesor Jules Goddard en una conferencia que los trabajadores fumadores son más eficientes que los no fumadores porque generan una serie de relaciones informales con personas de multiple procedencia en sus empresas cuando se juntan a fumar lo que les permite tener más información, relacionarla mejor, tener mayor visión global, etc.
    Bueno, es un planteamiento un poco provocador, sin duda, pero yo creo que la época en la que el que mandaba en la empresa era el ingeniero de métodos y tiempos ha pasado hace mucho y ahora lo que se valora son otras cuestiones más «emocionales»

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  19. Varios amigos míos que se dedican a los recursos humanos, están de acuerdo en que los fumadores rinden mucho menos porque esos cinco minutos del cigarro en muchas ocasiones se dilata por iniciar conversaciones que no habrían surgido, no tiene mechero y buscan quien se lo deje, en fin, no digo nada que no le suene a nadie.
    Otro comentario que si quería hacer, ¿los fumadores no miran internet y tienen sus llamaditas? porque por lo que yo puedo ver como cualquiera, es que los «fumadores» también tienen ordenadores en sus mesas y ¡coño!, hasta altavoces, que no se para qué, porque mí trabajo es de administrativo de PAPELES aunque vayan en carpetas «word», «excel», «pdf» y demás.
    En cuanto al rendimiento, estoy completamente de acuerdo, pero no busquéis a través del frondoso bosque el paso, ¡Coño!, ¡sigue el puto camino!, incentiva a la gente, que se sienta valorada y respetada aunque sea a la mujer de la limpieza, seguro que con un «Manuela si no fuera por ti, no se que sería de mí», y la mujer se va a la mesa siguiente a limpiar con una sonrisa en la cara, y si tiene igual fortuna, puede que vez de pensar que esta quitando mierda de las mesas, que esta apartando algo a la empresa, y es que lo esta haciendo.
    El camino es la educación, el respeto por todo tipo de trabajo, la humildad, y todos los valores morales que hace tiempo existían en la sociedad y la cual cuanto más se pierden, hacen que curiosamente, baje el nivel de producción.
    Cuando tengo que contratar a gente para mí empresa, lo primero que busco es saber que tiene valores, y que es responsable, y después hasta miro que cursos tiene en su curriculum vitae, idioma, … Es tarea mía que esa persona se sienta a gusto con su trabajo, y contagie ese respeto por lo que hace el de arriba y el de abajo, perdone al trepa, y no increpe con desagrado al rezagado, porque esa no es su tarea es la del jefe o la del departamento de recursos humanos.

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