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Starbucks y Caprabo: dos formas distintas de ver las cosas

Este (alucinante) video pertenece a una campaña llamada refrescatuverano.com que está poniendo en marcha Starbucks con la ayuda de YKS (y en la que está involucrado Roger Casas-Alatriste). El otro día, nos invitaron a unos cuantos a un evento «Frapuccinos&vlogs» en Madrid (con barra libre en Starbucks incluída) para contarnos de qué iba, con una campaña viral en youtube (que a mí no me ha hecho mucho chís, pero que ha tenido sus adeptos) y una web para facilitar que los usuarios suban sus videos contando «cómo refrescan sus veranos».
El caso es que me llama poderosamente la atención este video, sobre todo en contraposición con lo sucedido hace unas semanas con unos empleados de Caprabo que bailaban el chikichiki. Empresa 1 (Caprabo) suspende de empleo y sueldo a unos empleados por hacer el chorra y difundirlo en internet. Empresa 2 (Starbacks) fomenta que sus empleados hagan el chorra (con paraguas y bolsa de papel en la cabeza), lo graben en video y contribuyan a una campaña de marketing.
¿Dónde habrá mejor ambiente? ¿Y cuánto de ese buen ambiente se trasladará a los clientes?

8 comentarios en “Starbucks y Caprabo: dos formas distintas de ver las cosas”

  1. Bueno, cuidadín …. ambas actitudes tienen sus peligros.
    En el caso de Starbucks, puede haber gente a la que no le apetezca salir en los vídeos de la empresa, simplemente porque un trabajador merece ser tratado con respeto. Yo he trabajado en una empresa americana en la que te pedían que te disfrazaras en la fiesta de la compañía, para animar la cosa, y si te negabas eras poco pro-activo, un soso, y había una presión enorme …. pero enorme …. y me da que en cosas de estas, si yo coy un cajero, me apetece bien poco salir con una caja en la cabeza. De hecho, no solo no me apetece, sino que me tocaría mucho los guevos. Y entiendo que hay gente a la que le apetece y me parece genial, pero cuando la empresa lo «promueve», queda un tufillo a presión de bajo nivel que no me gusta……
    Y a ver cómo le digo yo a mi jefe que salir en un vídeo con una caja en la cabeza es de gilipollas perdidos. Y que hacerlo para que la empresa venda más cafés todavía más. A ver si me lo va a tomar a bien, y la de promociones en las que me va a apuntar en el futuro ….

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  2. Eduardo, yo creo que son dos cosas distintas, que no se invalidan la una a la otra.
    Creo que una empresa donde los valores del humor, la espontaneidad y el buen rollo tiene muchas más posibilidades de trasladar cosas positivas a sus clientes que una donde lo que impera es «atente al convenio».
    Ahora bien, hay un segundo factor, y es el encaje de la persona en la cultura de la empresa. Si eres una persona tímida, inhibida… posiblemente un sitio como estos no es para tí. Igual que si eres «la alegría de la huerta», un sitio regido por normas, procedimientos y sanciones del convenio tampoco.
    Esa «presión de bajo nivel» que narras no es más que un medio (muy potente, y muy lógico también) que tiene la empresa para instaurar su cultura. Es como hacía Induráin: el que puede seguirla, la sigue; y el que no puede seguirla, se siente «a disgusto» y acaba marchándose. Por lo que al final la cultura se realimenta a sí misma.

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  3. Mira que no me importa trabajar un ratito en Starbucks. Aprender a hacer cafés, servirlos con sonrisa, trabajar con tus cacharritos, saber mezclar, conocer texturas de café. Tiene buena pinta, ¿no? Sin embargo el Caprabo, oye, como que no.

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  4. Marcos, esa «cultura», esa imagen que transmiten al exterior… seguro que se trabaja muy a fondo.
    Carme, no sé muy bien por dónde va el comentario. ¿Te refieres a «porque la idea fue de los empleados la echaron para atrás, pero en Starbucks fue de los jefes y por eso se hizo»?

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  5. hola,
    creo que Carme da en el clavo. es imposible que cientos de empleados compartan un sentido del humor acorde con la sagrada Brand Identity, y que sepan expresarlo con buen gusto, photocall, packaging perfectamente colocado en la cabeza, y sin descuidar sus quehaceres.
    como estrategia de comunicación me parece estupenda utilizar a determinados empleados como actores (está de moda), pero como cultura de empresa asusta. al final, los chistes buenos son los que le hacen gracia al jefe.
    de todas formas, aunque me contradigo, creo que ya he comentado aquí la sorpresa que me llevé con los monólogos de humor del personal de cabina de easy jet. qué desparpajo.
    saludos

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  6. Bueno, participar no era obligatorio, era un concurso y el premio era un viaje a Milán, y de 1000 empleados, solo participamos unos 10.
    Nadie nos obligo a participar y menos a ponernos una bolsa en la cabeza.

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