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Los políticos y los votos en internet: un futuro negro

Pasa cada vez que se acercan las elecciones. Vemos a políticos (perdón: a equipos de campaña de políticos) que diseñan acercamientos a internet: ahora un mitin en secondlife, ahora un beers&blogs, ahora un perfil en facebook, ahora una cuenta en flickr, ahora un blog… todo vendido con la fanfarria de «internautas, mirad qué modernos y cool somos, votadnos a nosotros».
Pero lo cierto es que la mayoría, por no decir el 100%, de estos intentos, son torpes y burdos. Son acercamientos con un enfoque tradicional, de «yo hablo y vosotros escucháis», un intento de conseguir un puñadito de votos exactamente igual que cuando se acercan a un mercado. Me dejo ver, estrecho un par de manos, y a otra cosa mariposa.
Pero internet es otro mundo. Normalmente hablamos de un perfil crítico de partida, que gusta de darle vueltas a las cosas, que necesita algo más que un slogan y un caramelo para decidir un voto. Un perfil inquieto que busca argumentos y justificaciones, que está acostumbrado a las relaciones «uno a uno», que discrimina los contenidos que quiere consumir, que exige ser escuchado y no sólo asistir a un «besamanos» digital.
«Trabajarse» al internauta requiere de un gran esfuerzo. Por contra, trabajarse a la «masa» cuya percepción del mundo se forma a base de titulares de periódicos y slogans repetidos en radios y televisiones no requiere tanto. Unos mensajes simples y hala, a repetirlos a diestro y siniestro. ¿Resultado? Millones de personas adoctrinadas y movilizadas (¿manipuladas? sí, manipuladas), con un coste limitado. En el otro lado, un puñado pequeño de votantes internautas que encima son un hueso duro de roer. Y como un hombre, un voto… pues está claro dónde está el caladero de votos interesante.
Por eso creo firmemente que nunca vamos a ver, sobre todo en la política nacional, políticos que se tomen en serio eso de ser «internautas» de verdad. En un análisis coste-beneficio, no les sale rentable. Seguirán «apareciendo» (guiados de la manita por algún iluminado de su equipo de comunicación) por distintos sitios de internet, a ver si pescan algo sin mucho esfuerzo y también a ver si consiguen que esas apariciones sean magnificadas por la prensa tradicional. Pero no nos engañemos: mientras haya millones de ciudadanos acríticos, que votan a toque de corneta («que os quitan las pensioneeeeeees» «que se rompe Españaaaaaa» «el del bigote es malooooo» «la derecha ultramontanaaaaa» «la izquierda radicaaaaaal»….), los políticos no tendrán ningún interés en un grupúsculo de ciudadanos críticos.

11 comentarios en “Los políticos y los votos en internet: un futuro negro”

  1. Razón tienes, el voto de la «masa» es más fácil de conseguir y además son más votos. Sueltas cuatro frases lapidarias y ya está. En parte el problema es el que mencionas de «un hombre, un voto». Como leí el otro día, «cuenta más el voto de 10 tontos que el voto de 9 sabios».
    De todas formas confío en que la masa (o al menos parte de ella), según se aleje de la televisión y se acerque a Internet se irá volviendo cada vez más crítica. Eso sí, a la televisión creo que todavía le queda bastante guerra que dar (¿unos 20 años?).

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  2. La clave en las elecciones son ese 10-15% de gente «no borregos» que inclinan la balanza hacia un lado u otro, según determinados factores.
    Ya sabemos que de partida hay 7 millones de votantes de PP y PSOE, que votan a ciegas, hagan lo que hagan y digan lo que digan, con justificaciones tipo «yo soy un trabajador, y por eso voto al PSOE».
    ¿ Cuantos de esos 10-15% son internautas ?
    No se, pero me da que un buen porcentaje, y que estas elecciones ese grupo, con mas información que la media (económica, canon, Sgae y demás pifiadas del gobierno), puede tener mas importancia que en anteriores.
    Igual a partir de ahora empiezan a tomárselo mas en serio, y a no hacer el papanatas como Rajoy con su Facebook, Sebastian con las cervezas o Llamazares con Second Life.

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  3. Comakut, el problema de ese razonamiento (que comparto contigo) es que es «políticamente incorrecto»: suena mal decir que tu voto «comprometido» debería valer más que el que vota por un slogan. Pero el «un hombre, un voto» nos lleva a una democracia de saldo… es más, acaba echándonos de la política a los que no nos conformamos con los slogans.
    Lo que nos lleva, Juan Luis, a tu comentario. Creo que ese 10%-15% de personas son las que engrosan, elección a elección, el colectivo de abstencionistas. Porque desencantados de un partido, miran al otro lado y ven que es pasar de «guatemala» a «guatepeor». Y el problema es que, con nuestro sistema electoral, da exactamente igual que «desaparezcamos»: el reparto de poder lo definen los que votan, y los que no votamos es como si no existiéramos. Así que mejor olvidarse de nosotros, dejar que nos abstengamos, en vez de gastar energías en convencernos…
    No creo que sea una cuestión de «pasar de la tele» a «pasar a internet». Quien se comporta como un borrego ante la tele, se comportará como un borrego en internet: leerá sólo aquéllo que reafirme sus tésis, trolleará en los sitios que piensen distinto… en fin, creo que ya sufrimos bastante ese perfil en internet. Internet, por lo tanto, no es la solución.
    De hecho, no sé si hay solución.

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  4. Raúl, disculpa esta falta de respeto en tu propia casa, pero es que creo que hace falta que alguien te lo diga; entre tu post del blog salmón diciendo que hay que ser muy listo para entender las noticias sobre la bolsa y este, estás de un subidito…
    fin de la disgresión.

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  5. Internet es un medio más para generar opiniones, las opiniones se hacen gustos, los gustos se hacen voluntades y las voluntades votan.
    Multiplica los medios y movilizarás a los votantes.
    Creo que es bastante correcto todo lo que hacen, ¿es peor Rajoy que yo por estar en Facebook? ¿Y mejor?

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  6. No sé a qué artículo de El Blog Salmón te referirás; hace más de un mes que no escribo por allí, por lo que en todo caso el «estar subidito» no es algo reciente 😐
    ¿Qué es lo que te parece criticable de lo que digo? ¿Lo de la democracia de saldo? ¿Lo de que las elecciones se basan en slogans y en cuatro o cinco leitmotifs facilones? ¿Lo de que hay mucha gente que a lo de votar no le da muchas pensadas? Vale, aceptaremos entonces la versión contraria: que el ciudadano en general no hace caso de los slogans, que en general se informan por tres o cuatro fuentes de distintas tendencias, que analizan los programas electorales más allá de los carteles y que mantienen una postura crítica ante las propuestas que se lanzan. Vamos, lo que se ve todos los días en la calle.
    Marcos, la cuestión es que Rajoy no está en Facebook. ¿Tú te crees que Mariano ha entrado en Facebook, ha invitado a sus amigos, forma parte de los grupos que le interesan, participa en conversaciones? Si fuera así, por mí perfecto. Pero dudo mucho, muchísimo, que sea así. Es un perfil abierto por un equipo de campaña porque alguien ha pensado que «mola».

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  7. Por añadir un matiz: no estoy diciendo que la solución sea «cualificar» el voto. De hecho, ya he dicho que no sé si hay solución. Lo que sí tengo claro es que mientras haya un porcentaje mayoritario de la sociedad que responde mejor a los estímulos primarios en forma de slogan que al análisis crítico, éste es el panorama que vamos a tener.

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  8. Los políticos no tienen futuro en internet.
    Los políticos no tendrán futuro, gracias a internet.
    El futuro de la POLÍTICA es internet.
    El futuro de la DEMOCRACIA es internet.

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