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Evasión o victoria – Parte II

Retomando la historia del otro día, os contaba que la idea de Burgos no nos había seducido, y que nos había dejado el cuerpo un poco «regular»: la capital de provincia que parecía ideal en el papel no nos lo pareció en la realidad (amigos burgaleses, no os lo toméis a mal… no dudo que sea una ciudad estupenda para vivir, sobre todo si ya se tiene una vivienda…). Así que Aranda de Duero volvió a coger fuerza como opción, sobre todo a raiz de las buenas sensaciones que nos dió el primer día.
Así que decidimos empezar a buscar algo en Aranda, a ver qué ofrecía el mercado. Las llamadas iniciales a las inmobiliarias no fueron muy halagüeñas: «no, no tenemos nada en alquiler», «uf, de cuatro dormitorios complicado»… y claro, desde la distancia es difícil hacer otra cosa que llamar a inmobiliarias. No conoces cómo se mueve el mercado del alquiler, si es más de particulares, si por anuncios en los balcones, si hay algún periódico gratuito, si…
Pero bueno, conseguimos un par de visitas y allá que nos fuimos después de dejar al peque en la guarde. La primera en la frente: en la inmobiliaria donde habíamos «quedado» no está el tipo que nos había atendido, y los otros haciéndose los remolones… al final conseguimos quedar para que nos enseñara un par de pisos a última hora de la mañana. ¿Y ahora qué hacemos? Preguntar en más inmobiliarias, con un resultado similar al del teléfono (me sorprende que tengas que insistir para que te tomen los datos «por si surge algo»… deben quitárselos de las manos, vamos).
Aprovechamos para pasear un poco por el pueblo, ir a la oficina de turismo a por unos planos de la ciudad y algo de información… total, que por fin llega la hora de ver pisos. El primero, un chalet pareado no muy lejos de la ciudad. Ya se sabe: garaje, merendero, ático abuhardillado… pero con el «concepto» de pareado, a saber, cuatro alturas, escaleras estrechas… además, no estaba muy bien cuidado. Luego un piso de cuatro habitaciones, en un edificio chulo… pero estaba amueblado (además, como amuebla la gente los pisos de alquiler: con los muebles y los cuadros que le sobran de cualquier otro piso). Así que nada. Y eso era todo… decepción total.
Pero resulta que el tipo de la inmobiliaria nos dice «eh, ¿y un ático os interesaría? Está nuevo, a estrenar. Es que me entró hace dos días y ni me había acordado de él». Pues sí, vamos a verlo. Y efectivamente, un ático a estrenar. Cuatro dormitorios. Dos terrazas. Muy céntrico. Espectacular.
No tuvimos que «pensarlo» mucho. Vamos, que nos fuimos directos a la inmobiliaria para apalabrarlo. Así que, a partir del próximo 1 de marzo, seremos los orgullosos inquilinos de un ático enorme en Aranda de Duero.
Ahora toca poner en marcha la logística: vender el piso de Madrid, planificar la mudanza, dar de alta los servicios en Aranda (mi ADSL, por favor!!!)… en fin, un montón de cosas. Pero ya ha llegado el momento, el plan se ha concretado.
Ahí te dejo, Madrid.

13 comentarios en “Evasión o victoria – Parte II”

  1. ¡Enhorabuena! Estoy siguiendo tus aventuras «mudanciegas» con mucha curiosidad; yo también dejé mi ciudad (Valencia) hace casi seis años, he vivido en tres pueblos distintos y, la verdad, no me arrepiento, el estrés que te quitas de encima compensa los pocos inconvenientes que puedas encontrar.
    ¡Mucha suerte con vuestro precioso ático!

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  2. Que curiosa es la vida. Mientras algunos dejamos todo por irnos a Madrid, otros no ven la hora de dejar de vivir allí.
    Supongo que depende de cada uno y, sobre todo, del momento. Aunque ambos estamos en la consultoría (al menos lo estuviste), tu ya tienes niño y llevas un tiempo allí, y yo soy mas novato. En cualquier caso estoy muy de acuerdo contigo en que Madrid es un lugar «dificil de vivir».
    Que tengas suerte en tu nuevo palacete, que pinta muy bien 😀

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  3. Gracias por los ánimos. Creemos que tomamos una buena opción, aunque sólo el tiempo dirá si es correcta o no…
    Peibol, es todo cuestión de momentos. Con 24 años, sin responsabilidades familiares y con dinero, Madrid es una ciudad llena de posibilidades profesionales y de ocio. Con 30 y un hijo, se perciben menos las oportunidades y más los inconvenientes. Todo tiene su momento en la vida.

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  4. Ya ves, y eso que empezaste el día bajo de ánimos… ¡Enhorabuena! 😉
    Por cierto, ¿Vendes piso y te vas de alquiler? Buena opción con los tiempos que corren…¿Cuál ha sido tu razonamiento, si no es mucha indiscreción?

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  5. Enhorabuena!!!
    Me parece una gran decisión. Y te lo dice una persona que sospecha que se va a pasar unos cuantos años más en Madrid… (algún día volveré a Galicia)
    El otro día, cuando leí la primera parte de tu historia me quedé pensando: «bueno, y Aranda? Aranda bien, no?»
    Un último apunte (es que, al final, la cabra tira al monte): vete pensando en una casita para comprar por Aranda, porque si vendes ahora la de Madrid la plusvalía va a ser una pasta como para renunciar a la deducción por reniversión, no?
    Bueno, a lo importante: enhorabuena otra vez!

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  6. Joer. Me dejas flipado. Nunca habría imaginado que Aranda sería tu destino. Como paso mucho por allí, ya te haré una visita. Es el típico pueblo que he visto de lejos cientos de veces pero en el que nunca he llegado a parar 😉

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