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Las velas que nos alumbran

El pasado sábado nos desayunábamos con dos noticias desagradables, desasosegantes. Por un lado, el atentado de ETA en el aparcamiento de la T4 de Barajas. Yo he aparcado en ese parking, y realmente es alucinante el pepinazo que metieron allí – ver cómo ha quedado todo, sabiendo cómo es en realidad, es lo que permite tener una magnitud de la catástrofe. Pero por encima del hecho concreto, el atentado viene a enterrar la esperanza que muchos albergábamos desde que se declaró la tregua de que el terrorismo pudiera acabar en España. Es cierto que los signos de los últimos tiempos (la kale borroka, la extorsión a empresarios, los robos de armas, la actitud de los batasunos) no invitaban al optimismo, pero a pesar de ser algo esperable, no deja de ser triste. Como triste es comprobar que ante semejante situación, los políticos de este país vuelvan a quedarse muy lejos de dar la talla que los ciudadanos nos merecemos: los unos aprovechando para «tirar al muñeco» con su «ya lo decíamos nosotros», los otros escurriendo el bulto de su responsabilidad, los otros diciendo que «no es tan grave y que el proceso debe seguir», etc… vamos, como para ser optimistas: los terroristas siendo tan terroristas como siempre lo han sido (quizás fuimos ilusos por pensar que dejarían de serlo… como le dijo el escorpión a la rana, es su naturaleza), y los que se supone que tienen que hacerle frente dedicándose a sacarse los ojos mutuamente.
Y si no se hubiese producido este atentado, sin duda la imagen del día, de la semana y del año sería el ahorcamiento de Sadam Hussein. La noticia y las imágenes me produjeron un tremendo desasosiego, una náusea y cierta verguenza por pertenecer al género humano. Vaya por delante que seguramente Saddam fuese un hijoputa de la peor calaña. Pero la pena de muerte (me niego a llamarle «ajusticiamiento» – eso no puede ser justicia) me produce un rechazo visceral. No es ya un rechazo racional, sino que me sale de dentro. No puede ser que una sociedad pretendidamente civilizada arregle sus asuntos a golpe de venganza: eso nos sitúa en el mismo lugar que hace milenios, y a escasa distancia de los animales. Así que con Oriente Medio como está (y peor se va a poner) ¿y ésta es la mejor solución que se nos ocurre?.
Pues arreglados estamos. Estas son las velas que nos alumbran en este inicio de 2007. Como para ser optimistas, ¿eh?

4 comentarios en “Las velas que nos alumbran”

  1. La conclusión que he sacado yo de todo el «proceso de paz» y la tregua y demás, es que ETA, además de ser pocos como ya parece que son, encima están en desacuerdo unos con otros. Existe una corriente política, que creo que fue la que aceptó negociar, y una corriente belicosa que fue la que siguió con la kale borroka (chiquilladas, como la llamó algún dirigente hace años).
    Mala solución activa le veo a la cosa…

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  2. No sé si decir algo en estos asuntos. Si dices cualquier cosa unos te ponen enseguida una etiqueta de un color y los otros otra de otro.
    Los signos eran evidentes y el que no quería verlos o era ciego o como se suele decir, el peor ciego es el que no quiere ver. ETA es lo que es y lo que siempre ha sido y me temo que siempre seguirá siendo lo mismo por desgracia. Aun así a la mayoría nos quedaba una esperanza, puede que de esa mayoría a unos más y a otros menos, pero ahí estaba. Ahora ya no creo que quepan esperanzas, al menos de la misma forma.
    La posibilidad de un atentado no era algo extraño en ciertos ambientes(policiales) pero supongo que a pesar de todo ha causado sorpresa por la magnitud y porque (supongo) se esperaba que fuera un atentado sin muertos.
    No sé que habrá dicho hoy nuestro presidente, pero debería haberlo dicho antes (si es que ha dicho otra cosa de lo que dijo el primer día) y haber estado al pie del cañón y no en la hura. Como no estaba la vice pues ahí han tenido que estar Rubalcaba y Pepiño (je, cada uno a su estilo). Podría decir que me siento decepcionado, pero ya me decepcionó nuestro presidente hace tiempo así que ahora lo veo y si puedo prefiero no verlo.
    En cualquier caso los responsables del atentado y de las muertes son los que son, nadie más. Y nadie puede alegrarse por un lado ni buscarle tres pies al gato por otro.
    Veremos como sigue todo.
    Y como me estoy alargando demasiado voy a dejarlo pero no puedo dejar de decir algo sobre lo de Sadam.. una vergüenza.
    Raúl, no sé si recuerdas una vieja canción que decía «yo quisiera ser civilizado como los animales» (http://www.goear.com/listen.php?v=fdef9ed)

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  3. Hombre, decir que Saddam era «seguramente» un hijoputa…vaya, que puedes estar de acuerdo con la pena de muerte o no, pero seguramente no, este tio era un hijo de puta seguro!

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  4. En el tema Sadam, a mi, por no salirme del entorno «blogosfera» en mi comentario, lo que me produce una sensación de desasosiego es que sea «la web» la que difunde «la muerte al completo». Me he negado a ver el video. No creo que esté mejor «imformado» por hacerlo ni que contribuya formarme – a estas alturas de mi vida – una opinión más ajustada a lo que las cosas son «en realidad». Eso sí, creo que contribuye a dar razones para los que quieren censurar la red y pone de manifiesto que, independiente del medio, lo que vende es el sensacionalismo.

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