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El preguntón

Ayer en la jornada de «Blogs la conversación» sucedió otra vez. Es algo que me persigue de toda la vida de dios; me pasaba en el colegio, en la universidad, en cursos en el trabajo, en reuniones de trabajo, en conferencias…
Cuando alguien (un profesor, un ponente, el que dirige la reunión) dice «¿Alguna pregunta?» y mira alrededor, expectante… no puedo dejar pasar más de 5 segundos sin levantar la mano. No es una cuestión de curiosidad insaciable (a veces sí, pero no es la norma). Simplemente, «me duele» que nadie pregunte nada. Que una persona se ofrezca a dar respuestas, se ponga a disposición de un auditorio, y nadie tenga el suficiente interés (o que tenga demasiada «vergüenza») como para tener la deferencia de hacerle una pregunta.
Quizás todo venga porque yo he sido formador. Y resulta frustrante haber hecho el esfuerzo por preparar un curso (o una conferencia), haberse desplazado (o conectado en remoto, es igual), haber defendido unas posiciones… y luego ver que no has generado ningún interés. Y coño, hacer una pregunta no cuesta nada y el ponente al menos se va con la sensación de «me han escuchado, algo interesante habré dicho».
¿Eso me lleva a preguntar tonterías? Hombre, creo que no (aunque obviamente es una opinión un tanto subjetiva). Quizás no haga «la pregunta del millón», pero sí doy pié a que el sujeto en cuestión hile un par de frases con su discurso anterior.
En fin, no sé. Es superior a mí, así que tampoco lo puedo evitar. Así que ya sabéis, si alguna vez habéis sentido el «vacío» como conferenciantes cuando buscáis alguna respuesta de vuestra audiencia, lo que tenéis que hacer es llevarme de público que doy mucho juego :). Eso sí, arraso con los caterings. Advertidos quedáis.

9 comentarios en “El preguntón”

  1. ¿Eres tú? Así que eres tú el que siempre pregunta… Vaya, vaya… ;))))))
    Yo también he dado mis cursos, charlas, etc… y, como dices, es hasta cierto punto frustrante ver que no «has calado». Claro que también a veces lo que más quieres es irte corriendo y entonces es cuando salta el «preguntón»… ;))))))
    (Con todo el cariño del mundo, claro. Si te sirve de consuelo, Yo también suelo preguntar)

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  2. Yo siento esa misma ansiedad cuando nadie pregunta, ya sea desde el palco o desde la «clá». Y más de una vez también he preguntado aunque sea por romper el glaciar silencio. Suele ocurrir que, despues de la primera pregunta, otros ya se atreven…¿No es un poco infantil que a ciertas alturas de la vida sigamos teniendo el miedo a hablar en público o hacer el ridículo?

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  3. Tienes razón en lo que dices, cuando no se pregunta queda un poco pobre, incluso para los asistentes, lo que pasa es que cuesta romper el hielo. Y yo estaba por ahí y las preguntas que hiciste eran de lo más razonable… ya sé a quién llevar de público cuando tenga que hacer algo 🙂

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  4. En su día, comentó amalgamadeletras una de las características que más llama la atención para el que lleva algún tiempo metido en este mundo: gran cantidad de los artículos publicados en las bitácoras de la comunidad castellana no opinan, el redactor tampoco reflexiona y sus textos no están preparados para generar comentarios, son simplemente una reseña de lo que leen en otros blogs.
    La blogosfera, tras ese impresionante aumento en el número de bitácoras que salen a la luz permanentemente, necesita una pausa para estudiar qué es lo que están haciendo y se observa una tendencia hacia el
    * el ‘corta-pega’ es una práctica común en los artículos; sin más que esa acción, los artículos carecen de valor añadido: contenido y elaboración propia. Esto provoca que un tema aparezca en cientos de artículos y el internauta tiene una enorme dificultad para encontrar alguno que vaya más allá de la reseña y que le sirva para profundizar o investigar en el tema tratado.
    * sin contenido o análisis adicional, ofreciendo sólo una reseña, el blog se convierte en una recopilación de enlaces más o menos originales, divertidos, geek o friki.
    * muchos bloggers prefieren consultar bitácoras para conocer de qué se habla y, cada vez con menos frecuencia, realizan algún comentarios en las fuentes consultadas. Por tanto, los comentarios languidecen… mientras pierden las bitácoras su función de interactividad y medio para comentar, polemizar, etc.
    * consecuencia de lo anterior es que cientos de bitácoras hablan del mismo tema, con pocos días de diferencia; esto genera la recurrencia de los temas tratados: existe una sobreoferta de bitácoras que se asemejan a un ejército de clones y, aunque tenga cientos o miles de miembros, los temas en los que se fijan la blogosfera son escasos.
    * el éxito de una bitácora se mide por sus estadísticas, lectura de feeds, el trackback, el posicionamiento en Technorati, etc… Estos rudimentarios métodos de evaluación, que también son suceptibles de una sencilla manipulación, siguen existiendo porque carece la blogosfera de verdaderas herramientas que cuantifiquen o clasifiquen la calidad de los blogs.
    * la constante lucha por publicar cada día el número mayor de artículos y atraer lectores, lleva a muchos blogs a listar en un mismo artículos varios enlaces a resúmenes de artículos publicados hace años, blogs por los que ha pasado, libros que recibe o simplemente enlaces, sin más añadidos, desnudos sin más ropa que la línea azul o el color que diferencia el enlace…
    * algo parecido ocurre con los comentarios de los lectores que, por dejar un enlace a su bitácora, son capaces de publicar profundas ideas como me gusta, estoy de acuerdo, muy bueno, tienes razón…
    La lucha por la audiencia provoca que miles de bitácoras se apunten a ‘Blogs: la no-conversación’.

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  5. ¿Y corta-pegar un post propio para pegarlo en los comentarios de los demás, sin mucha relación con el tema tratado, ayuda en algo? 😛
    De todas formas, como decía hace algunos días, yo pienso que no hay «la» blogosfera, sino que cada uno tenemos la nuestra. La mía (compuesta por los blogs que leo) está llena de blogs interesantes, con contenido, con profundidad, con reflexión, con comentarios agudos y con bloggers y comentaristas estupendos. El resto de blogosferas, si son cortapega o no, si tienen comentarios inútiles o no… me da igual.

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  6. Consultor anónimo,
    El proceso fue el inverso: pasé por varíos blogs y me decidí a dar siemplemente una visión de lo que observo. Como considero al tuyo como muy buenos y se encuentra entre las decenas que leo diariamente, decidí publicar mi comentario. Luego, evidentemente decidí hacer una entradilla al comentario para que terminara siendo un artículo en mi blog. Eso es todo.
    Reitero, Vida de un consultor me parece estupendo pero en el comentario-artículo que dejé y publiqué hay una visión de lo que a mí me parece el momento actual de la blogosfera. Aunque blogosfera hay tantos como bloggers, es como dijo Clint Eastwood: las opiniones son coo el culo, cada una tiene la suya.
    Simplemente.
    Un abrazo,
    Ernesto

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